POR ÁNGELA PEÑA
La publicación del robo de una retroexcavadora al ingeniero Leonel Rodríguez Ureña ha producido una lluvia de llamadas, cartas y mensajes electrónicos de personas estafadas por bandas de maleantes apoyados en sus atracos millonarios por militares de alto rango, policías de baja categoría, fiscales, abogados, jueces y otros servidores públicos de niveles inferiores.
Un reconocido ejecutivo de las relaciones públicas relató que lleva más de diez años haciendo sala en destacamentos y oficinas gubernamentales, compareciendo a juicios porque fue despojado de unos terrenos que un equipo de malhechores ha ido vendiendo por pedazos, con papeles de propiedad falsos, mientras los verdaderos dueños, que son él y sus hermanos, ven desmoronar esa herencia que les dejaron sus padres sin que valgan sus pruebas auténticas porque hay pejes gordos envueltos en el negocio fraudulento.
Un colega que es además economista y ha ocupado elevadas posiciones en el tren oficial, escribió comentando cuánto le gustó el reportaje sobre el despojo de que fue víctima el ingeniero porque aquí hay serios problemas con el respeto a la propiedad privada.
A él, cuenta, un narco intentó quitarle su finca desde el final del gobierno de Hipólito, y en duro en los primeros meses de Leonel. Gracias a un buen abogado que notificó a los fiscales de la zona y a un funcionario que es como su hermano, pudo recuperarla. El traficante está preso, añade, pero no porque se le encontró culpable de esa posesión ajena, sino por un cargamento de drogas detectado por Aduanas entre metales robados que el ratero pretendía exportar.
Significa que en un puerto turístico de la región norte han ocurrido grandes robos de ganado y los ganaderos acusan a oficiales de la Policía Nacional de ser los ladrones.
Seguir reproduciendo más reacciones a ese trabajo que ha representado cinco años de pérdida de ingresos y de tranquilidad, y muchos gastos para el ingeniero Leonel Rodríguez Ureña, llenaría un periódico. Hay dominicanos y una calaña de mafiosos extranjeros que invaden el país que han hecho profesión de la patraña, el robo, la falsificación, la estafa.
Han triunfado porque tienen como cómplices y socios a personas influyentes colocadas en posiciones claves del Estado. Cuando hay voluntad, los ponen en evidencia, los trancan o someten a la justicia. Pero tienen mucho poder. Recobrar lo que ocupan, lo que se llevan, es prácticamente enfrentarse a la muerte.