Media Naranja
Por fin ¿Qué es una diva?

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ÁNGELA PEÑA
Todavía mucha gente no tiene idea de lo que desea expresar el pueblo cuando dice que tal o cual persona es una diva, aunque en el país se define como tal a las presentadoras de televisión que son hermosas, de sencilla o exuberante anatomía pero equitativamente distribuida, unas intelectualmente bien preparadas, carismáticas, inteligentes, cultas, otras superficiales, huecas, de léxico limitado y cerebro fofo, pero indiscutiblemente bellas.

Desde que alguien introdujo el término para referirse a las preciosas maestras de ceremonia que conducirían un espectáculo, se discute si el vocablo estuvo correctamente empleado. Para exagerar los atributos de aquellas chicas, se les promovió como megadivas, porque supuestamente eran superiores, excepcionales, únicas, no se sabe si en talento o en bonitura. Unos dicen que la palabra no estuvo bien aplicada, que hay que ganarse ese título basándose en consagración y calidad, que las grandes divas son las que conquistan fama por los años que llevan o llevaron demostrando aptitudes artísticas, como María Félix o Liz Taylor, ponían como ejemplos.

A pesar de las explicaciones, el dominicano ha seguido llamando divas a las mujeres lindas y a las que sobresalen en otra actividad, no necesariamente relacionada con el arte. La diva del empresariado, la diva de los negocios, la diva de la política, la diva del periodismo, dicen, pero siempre asocian el término con la mujer que además de poseer condiciones físicas agraciadas, es juiciosa, perspicaz.

Pero ¿por qué aquí sólo le aplicarán el vocablo al sexo femenino si los diccionarios le dan preferencia al divo? Es una curiosidad descubierta al tratar de encontrar una acepción a esa expresión que se ha hecho tan común en el vocabulario criollo y que el mataburros consigna con una descripción muy diferente a la que aquí se emplea.

“Divo, a: artista del espectáculo de sobresaliente mérito, especialmente cantante de ópera”. Cantante de ópera es la definición más repetida en los diferentes glosarios. Sin embargo, por otro lado aparecieron explicaciones bastante curiosas para explicar lo que es un divo o una diva. Y los ejemplos son todavía más reveladores. Siempre domina el divo sobre la acepción femenina. “Divo, diva: soberbio, engreído, arrogante. Ejemplo: Se ha vuelto tan diva que sus amigos no quieran saber más de ella”. Divo, diva: artista de éxito, fama y categoría, generalmente (cantante) de ópera. Ejemplo: Los tres tenores son los divos de la moda”.       Otras raras definiciones afirman que una diva es: “esclava de la fama y la soledad” y “alguien muy crecido en su propio físico”. Se escribe que diva es también “diosa, cantante, tiple, contralto” y el divo, es divino.

Entre los sinónimos de divo y diva están: cantante, estrella, figura, soberbio, presuntuoso, arrogante. Se habla de “La diva de los gays”,  del rock, del bel canto, de las bandas. Citan “anchoas enlatadas en aceite de diva” (no se encontró ninguna especie de donde se extraiga esa grasa), expresan que Liz Taylor es “la última gran diva de los años dorados de Hollywood” y Madonna  “la diva estadounidense de raíces italianas”.

A todo este vocabulario diverso se le ha agregado un verbo que poco tiene que ver con el sublime equivalente que le da la gente a estos cromos espectaculares: divagar, destacando en rojo lo que es diva, y señalando: “cambiar de tema, hablar sobre algo que carece de interés. Que alguien divaga o se extravía en el raciocino o discurso”. Eso en los diccionarios faranduleros porque en los usuales de gramática divagar es errar, vagar, desrazonar, andarse por las ramas, perderse, extraviarse…

Abundan las referencias y los ejemplos pero aún queda la incógnita: ¿Te halagan o te bufean cuando te llaman la diva?

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