Mediación internacional alienta diálogo ante grave crisis en Venezuela

Mediación internacional alienta diálogo ante grave crisis en Venezuela

Caracas. – Una comisión internacional de expresidentes anunció este jueves que intentará abrir un diálogo entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, que busca sacarlo del poder, ante el agravamiento de la crisis que sacude a Venezuela.

«Buscaremos poner en marcha, intentar un proceso de diálogo en Venezuela y tanto el presidente Maduro como los dirigentes de la oposición han expresado» voluntad de conversar, declaró el expresidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, quien encabeza la misión en Caracas.

Acompañado por el expresidente dominicano Leonel Fernández, Rodríguez Zapatero explicó que las gestiones se realizan a instancias de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), y que pedirán el apoyo internacional para «tener en un plazo razonable una agenda».

La misión internacional, en la que también está Martín Torrijos (Panamá), se reunió con Maduro y con dirigentes de la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), cuya instalación en enero como mayoría en el Parlamento abrió una crisis institucional.

«Será largo, duro y difícil, pero es el camino que necesita Venezuela, el del diálogo nacional que aborde los problemas sociales, económicos, institucionales, de convivencia pacífica, de libertades», agregó Rodríguez Zapatero, al tiempo que advirtio «debemos ser prudentes».

La gestión internacional surge en momentos de tensión en Venezuela por los intentos de la oposición de activar un referendo revocatorio contra Maduro, en medio de un estado de excepción declarado el pasado viernes por el presidente y el creciente malestar social por la escasez de alimentos.

En el foco internacional. La oposición reclama al Consejo Nacional Electoral (CNE), al que acusan de servir al gobierno, acelerar la revisión de un mínimo de 200.000 firmas -exigidas por ley- de las 1,8 millones que entregaron el 2 de mayo para activar el referendo.

El miércoles realizó protestas de presión en todo el país. La MUD busca que el revocatorio sea en 2016 y se convoque a elecciones, pues si se hace después del 10 de enero -cuando se cumplen cuatro años del actual mandato- y Maduro pierde, los dos años restantes los completaría el vicepresidente, designado por el mandatario. Según la encuestadora Datanálisis, 70% de los venezolanos apoya un cambio de gobierno.

Para revocar a Maduro, la oposición necesita una votación de más de 7,5 millones de sufragios con los que fue elegido el gobernante en abril de 2013. Maduro sostiene que la oposición busca justificar una intervención de Estados Unidos, para lo cual pretende hacer estallar la violencia y propagar en el exterior la idea de que en Venezuela hay una «crisis humanitaria».

El parlamento venezolano pidió este jueves en Washington al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, invocar con «urgencia» la Carta Democrática Interamericana, mecanismo para casos de alteración o ruptura del hilo democrático en alguno de sus Estados miembro.

En un fuerte cruce de declaraciones, Almagro aseguró que Maduro será un «dictadorzuelo» si bloquea el referendo, tras lo que el presidente lo llamó «basura». Ante esa polémica, el expresidente de Uruguay (2010-2015), José Mujica, quien fue muy cercano al chavismo, aseguró que el venezolano está «loco como una cabra».

Para el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, la «única manera» de superar la crisis es un revocatorio; y el líder del partido de izquierda radical español Podemos, Pablo Iglesias, dijo que Venezuela está «cercana al enfrentamiento civil». Para mediar en la crisis, el canciller del Vaticano, Paul Richard Gallagher, iba a hacer a fines de mayo una visita, pero según la oposición la canceló porque Maduro la rechazó.

El músculo armado. Bajo estado de excepción, 519.000 militares y milicianos harán ejercicios de defensa el viernes y sábado, calificados por el ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino, «sin precedentes» por su «alcance y naturaleza».

«Este ejercicio no es para causar ninguna alarma en el país», manifestó el ministro, quien lo justificó en el hecho de que «Venezuela en este momento está amenazada».

El politólogo Benigno Alarcón estimó que esos «grandes despliegues militares» buscan generar «temor» en la gente: «Hacerlos con la excusa de las amenazas externas es una buena manera de demostrar que se tiene el músculo armado», afirmó.

Tras las protestas del miércoles, Maduro advirtió que tiene «listo» un decreto de «conmoción interior» si ocurren hechos «golpistas violentos», lo cual implicaría restricciones a libertades civiles. Aunque las protestas no fueron multitudinarias, en la calle aumenta el malestar ante la dramática escasez de comida, y el costo de la vida, pues el país petrolero tiene la inflación más alta del mundo (180,9% en 2015 y proyectada por el FMI en 700% para 2016).

«Esta situación la veo muy crítica, pareciera que no tiene arreglo. Yo firmé (para pedir el referendo), pero no fui a la protesta. Mejor me quedo resguardada», dijo a AFP una doméstica de 55 años, quien pidió anonimato. Aún está fresco el recuerdo de las manifestaciones de 2014 -que dejaron 43 muertos- convocadas por el líder opositor radical, Leopoldo López, condenado luego a 14 años de prisión.