Medicina alternativa y medicina convencional: usted decide el método de curación

Medicina alternativa y medicina convencional: usted decide el método de curación

Un estudio realizado hace pocos años en Estados Unidos y publicado en el New England of Medicine encontró que más de una tercera parte de los encuestados había elegido la medicina alternativa para resolver sus enfermedades en lugar de los métodos convencionales.

En los países de Europa visitar a quiroprácticos, acupunturistas, expertos en medicina ayurvédica o en la técnica Alexánder, entre otros tipos de médicos alternativos, es una práctica normal en la población. En América, países como México, Brasil y Venezuela van a la cabeza de la medicina natural o alternativa. En nuestro país, desde hace años, es posible encontrar centros y consultorios de medicina natural, quiropráctica, acupuntura, bioenergética, masaje terapéutico, reiki y homeopatía.

Es obvio que lo que alguna vez se consideró como un interés marginal de la gente que visitaba los consultorios de medicina natural por curiosidad ante lo nuevo o extraño, se ha convertido en una verdadera alternativa de abordaje de la salud. La explicación al fenómeno del “boom” que ha experimentado la medicina natural puede radicar en que las personas están buscando respuestas a sus problemas de salud que la medicina tradicional no ha podido resolver.

[b]CRISIS DE LA MEDICINA CONVENCIONAL[/b]

El ímpetu de la medicina del siglo XXI puede describirse a través de la metáfora de la guerra. La enfermedad se considera como una invasión enemiga y el tratamiento se orienta a desarrollar “balas mágicas” en forma de fármacos y vacunas para eliminar al enemigo. En este abordaje se ha perdido el concepto de reparar en primer lugar los desequilibrios que permiten que ocurran las enfermedades. A juicio de los expertos de medicina natural, la ciencia médica se ha convertido en unilateral en cuanto a su enfoque, y ha perdido de vista a la persona completa en su intento por tratar las partes individuales del cuerpo.

Consideran que el médico moderno domina tan poco los conceptos “holisticos” o integrales de la salud porque el estudio de la medicina convencional se ha organizado a través de facultades o escuelas de medicina con sus diversos departamentos (cardiología, nefrología, neurología, dermatología, ortopedia y psiquiatría) que obliga a los alumnos a enfocar su estudio en un sistema de órganos a la vez, como si cada uno de los órganos del cuerpo funcionara independientemente de los demás; o a elegir uno de ellos para su estudio exclusivo, como preparación para su carrera de especialista. Creen que esto desvía la atención de las interacciones intrínsecas que caracterizan a todas las partes del cuerpo y del complejo dinamismo de las fuerzas vitales.

Aún cuando la medicina convencional es sobresaliente en el manejo de las urgencias médicas, infecciones bacterianas, traumatismos y muchas, con frecuencia heroicas, técnicas quirúrgicas complejas, parece que ha fracasado en las áreas de prevención de enfermedades y manejo de múltiples enfermedades nuevas y crónicas.

El ejemplo más alarmante de esta situación es el de las enfermedades cardiovasculares, una de las principales causas de defunción e invalidez en todo el mundo. El sistema médico convencional gasta sumas enormes en el tratamiento sus complicaciones (infarto agudo del miocardio y accidentes cerebrovasculares), pero invierte muy poco en controlar las causas subyacentes relacionadas con el estilo de vida (consumo de tabaco, alimentación inadecuada y falta de actividad física).

Los médicos atienden diariamente pacientes que padecen enfermedades para las cuales la medicina convencional solamente ofrece el tratamiento superficial de los síntomas. La magia de los antibióticos se está desvaneciendo a medida que surge toda una gama de infecciones resistentes; enfermedades como el SIDA y el síndrome de fatiga crónica han mostrado claramente que los tratamientos actuales no solucionan todos los problemas.

La mayoría de los adultos, y muchos niños, sufren molestias que incluyen alergias, dolores de cabeza, falta de energía, fatiga excesiva y diversos trastornos digestivos y respiratorios, junto con una diversidad de estados emocionales que van desde la depresión leve hasta los cambios en el estado de animo y la ansiedad, y para los cuales obtienen solamente un beneficio limitado a través de un torrente de tranquilizantes, antidepresivos, analgésicos y antiinflamatorios que comúnmente les prescriben, mientras los efectos colaterales de esos fármacos se suman a la lista de sus sufrimientos.

Los médicos que se detienen a reflexionar están cada vez más conscientes de que algo anda mal en los sistemas inmunes de sus pacientes, ya que siguen teniendo enfermedades que la función inmune normal debería poder resolver. Los médicos y los pacientes por igual se quedan perplejos ante este fracaso de las terapias basadas en fármacos para proporcionar alivio. En consecuencia, es frecuente que los pacientes queden atrapados en un ciclo de dependencia de los médicos para que estos monitoreen y ajusten constantemente sus medicamentos en lugar de estar habilitados para cambiar factores del estilo de vida que podrían permitir a su cuerpo recuperar su potencial de salud.

Los críticos de la medicina convencional consideran que los cambios no se producirán mientras los médicos vivan de y obtengan renombre primordialmente a través de la medicina de rescate (intervenciones que simplemente tratan los síntomas), ya que es de esta área, y no de la prevención, de la que más se benefician.

[b]CRITICAS A LA MEDICINA NATURAL[/b]

Por su parte, los médicos convencionales que rechazan la medicina natural hablan de que muchos de los métodos de curación que emplean no han sido sometidos a estudios y análisis con rigurosidad metodológica por lo que no cuentan con la evidencia científica que avale su efectividad.

Resaltan la escasa o nula utilidad que tienen las modalidades alternativas en salvar la vida de las personas en situaciones de emergencia o ante padecimientos médicos graves.

Otros opinan que la práctica de la medicina natural no está sometida, en algunos países, a la estricta regulación que se exige a los médicos convencionales y cuestionan la formación empírica de muchas personas que practican la medicina natural.

[b]TOME DECICIONES ACERTADAS[/b]

Si sus dolencias no resueltas le llevan a transitar por otras vías, y decide consultar con un profesional de la medicina alternativa, es importante que para seleccionarlo tenga en cuenta una serie de criterios, que paradójicamente, también son útiles a la hora de escoger a un médico convencional:

Infórmese primero: el éxito de la atención depende tanto de un paciente informado como de un profesional de la salud bien informado. Incluso después de seleccionarlo, el proceso de educación debe continuar y convertirse en un aspecto continuo de la atención a la salud.

Escoja a un médico con antecedentes de diversidad y experiencia en una gran variedad de disciplinas: el paciente se beneficia cuando su médico de cabecera puede usar tanto abordajes naturistas como farmacéuticos y tiene una visión ecléctica de la salud que le ayuda a evitar sesgos y enfoques demasiado estrechos.

Encuentre a un profesional médico con quien pueda comunicarse abiertamente y con quien establezca una buena relación: si su médico no se puede sentar cómodamente a escucharlo durante veinte a treinta minutos, entonces no encontrará la causa de su problema. Si usted no siente que puede comunicarse adecuadamente y obtener las respuestas a sus preguntas, necesita seguir buscando, porque la ansiedad en la relación médico- paciente desalienta notablemente el proceso de curación.

Seleccione un médico que sea sensible a sus necesidades y circunstancias particulares: la atención médica centrada en el paciente ayuda a que el médico considere a la persona como el eje central de la atención y trabaje en torno a sus necesidades.

Selecciona los abordajes en los que confíe: tanto en la medicina alternativa como en la convencional, es importante tener en cuenta que los aspectos mental y emocional de la curación no pueden separarse de los físicos. Es vital en ambos casos que el paciente este convencido de que el método de curación que seleccionará o seleccionó, puede ayudarle.

En la actualidad las personas disponen, como en ninguna otra época, de diferentes alternativas para conservar o recuperar ese estado de completo bienestar llamado salud y pueden escoger lo mejor de ambas formas de curar: los avances científicos y tecnológicos de la medicina convencional y la posibilidad de asumir el control de la propia salud y restablecer el equilibrio interno que ofrece la medicina alternativa.

[b]INTERACCION ENTRE HIERBAS Y FARMACOS[/b]

La mayoría de las personas que acuden a las consultas de médicos naturistas no lo hacen de manera exclusiva, sino que en muchos casos las compaginan con visitas a médicos alopáticos o convencionales. Y al revés, muchas personas que acuden a la medicina convencional complementan su atención con alguna terapia natural. Muchas veces, los pacientes callan a uno y otro médico los tratamientos que siguen con lo que acarrean riesgos para la salud por las posibles interacciones de unos remedios y otros.

Las hierbas y suplementos pueden interactuar con los fármacos de diversas maneras, por lo que se recomienda a los pacientes que emplean ambas modalidades de tratamiento informar oportunamente a sus médicos.

La recomendación es especialmente valida para los hipertensos, diabéticos y otros pacientes que toman medicamentos por largo tiempo

Algunas de las interacciones más frecuentes son:

[b]En pacientes de cáncer[/b]

Añadir suplementos a tu dieta o aumentar de repente tu ingesta de ciertos alimentos puede provocar trastornos gastrointestinales. Las náuseas pueden confundirse con un efecto secundario de la quimioterapia o la radioterapia, y si se tiene el estómago muy alterado, el médico puede cambiar estos tratamientos sin necesidad.

Las plantas medicinales que mejoran el sistema inmunitario, como la equinácea, a la larga pueden debilitarlo y resultar peligrosas.

Los suplementos con propiedades estrogénicas como la cimicífuga (Cimifuga racemosa), el trébol rojo (Trifolium pratense) y la soja (Glycine soja), pueden interferir en el tratamiento del cáncer de mama de origen hormonal.

[b]En pacientes con enfermedad cardiaca[/b]

Las plantas medicinales como el ginseng, el espino albar, la regaliz y la hierba de San Juan o hipérico pueden modificar el metabolismo y hacer que algunos fármacos (entre ellos la digoxina) se eliminen más rápido de lo normal.

La coenzima Q10, que se encuentra en el ajo, jengibre, ginxgo, ginseng y la vitamina E, es un diluyente sanguíneo y puede aumentar los efectos anticoagulantes de medicamentos como el coumadin.

Combinar la ingestión de la planta Ephedra sinica, también conocida como MA Huang (un estimulante que se encuentra en algunos suplementos de plantas para perder peso), con inhibidores de la monoaminooxidasa (MAO), una clase de fármacos utilizados para tratar la depresión, puede aumentar la presión sanguínea.

[b]Pacientes que serán sometidos a cirugía[/b]

La coenzima Q10 puede alterar los efectos de la anestesia o causar un sangrado excesivo durante la operación. La Sociedad Americana de Anestesiología aconseja dejar cualquier tipo de suplemento al menos dos semanas antes de una operación.

[b]Embarazo[/b]

A las mujeres que quedan embarazadas mientras están tomando un tratamiento a base de hierbas medicinales se recomienda que dejen de tomarlo hasta que hayan consultado con su médico.

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