Medicina forense al alcance de todos

Medicina forense al alcance de todos

SERGIO SARITA VALDEZ
La sabiduría popular manifestada al escucharse el estribillo que dice: «ya tú ves, ya tú ves, a cualquiera se le muere un tío», nos revela una verdad de Perogrullo, sin embargo, resulta todavía más incisiva aquella otra expresión que sentencia: «nada es real hasta que se vuelve local». Vemos en la pantalla chica que tres hermanas se mataron en un accidente; escuchamos en la radio que un hombre celoso hirió mortalmente a su esposa; leemos en los diarios que un asaltante sesgó la vida de un transeúnte con el único propósito de despojarlo de sus prendas y otras pertenencias.

Todo eso es noticia y la reacción al suceso dependerá del vínculo afectivo con la víctima, así como del nivel de sensibilidad del receptor.  Si no conocemos a la persona fallecida el impacto de la información tenderá a ser menor, si se trata en cambio de un hijo, una madre, el padre, o un hermano entonces nos parece que ha ocurrido la tragedia más grande del mundo. Debemos acostumbrarnos a solidarizarnos con los familiares de víctimas fatales por lo del dicho aquel de «Hoy por ti y mañana por mí».

La práctica de la medicina legal se relaciona con la aplicación de las ciencias de la salud como respuesta a requerimientos de naturaleza judicial. Digamos que se ejerce la medicina forense cada vez que un profesional de la salud realiza un experticio a instancia del ministerio público o de un juez en los casos de alegada violencia intrafamiliar, incesto, evaluación de heridas y golpes, así como en la investigación de causa y manera de muertes sospechosas o repentinas, entre otras. Con el auge reciente de los hechos de sangre acaecidos en el país se hacen más indispensables que los servicios medico-forenses estén asequibles a todos y a nivel nacional, a través de una red competente que cuente con un personal capacitado, una infraestructura, equipos y recursos suficientes para llevar a cabo tan digna e importante labor jurídico-social.

A sabiendas de que más de la mitad de la población dominicana es esencialmente pobre resulta discriminante y contradictoria reducir la oferta de los servicios medicolegales solamente a quienes estén en la capacidad de pagar de sus propios bolsillos ciertas tarifas que se les impongan. La aplicación de la justicia no debe ser únicamente para los ricos; así no es como se fortalece el tipo de democracia que aspiramos a construir. Tenemos que ampliar la plataforma de servicios y para ello se amerita de una partida presupuestaria estatal que permita servir a cuantos lo ameriten,  muy en especial aquellos más necesitados, los desamparados de siempre.

Pensando en la desconcentración y la unificación de los servicios de medicina y patología forense establecimos en el cuatrienio 1996-2000  un programa de residencia de medicina forense, a fin de capacitar a jóvenes profesionales para luego distribuirlos por las regiones sur, este, nordeste y noroeste de la república. Desafortunadamente ya cuando teníamos los centros regionales de Barahona y San Pedro de Macorís instalados vino el ciclón-terremoto PPH-PRD y los hizo añicos. No solamente se conformaron con echar para atrás aquel proyecto, sino que llevaron a la ruina la sede central, cayendo ésta en el descrédito y el asqueo mayor que mente humana pueda imaginarse.

Retomamos ahora con acendrado ahínco el marchitado proyecto forense, interrumpido por la horda  maléfica, que para desgracia nuestra condujo los destinos de la nación durante los cuatros primeros años del presente milenio. Aceptamos grave el reto impuesto por las circunstancias, para ello nos reconforta el traer a la memoria uno de los párrafos finales del prólogo a la obra magistral: El viejo y el mar, del premio Nobel de literatura, Ernesto Hemingway. Dice así el párrafo al que hacemos referencia: «Pero al fin, el hombre en toda su magnitud vence. A pesar de todo, el hombre con fe, logra derrotar la adversidad. Con dificultad llega a su destino, no con el trofeo de la victoria, pero sí con la conciencia de haber cumplido consigo mismo».

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