La hipertensión pulmonar es una grave enfermedad en la cual la presión en las arterias pulmonares está por encima de lo normal, tiene una incidencia de 52 por millón de habitantes y aunque existen tratamientos paliativos, es incurable en la mayoría de los casos.

El tema fue analizado ayer por un equipo de prestigiosos investigadores que intentan sensibilizar a los periodistas sobre una enfermedad en torno a la cual prima el desconocimiento.

El doctor Miguel Fiallo, representante de la empresa Bayer en el país, introdujo el taller en el que participaron periodistas de varios países de América Latina.

La hipertensión pulmonar afecta particularmente los pulmones y el corazón. Se trata de una enfermedad poco usual, crónica y en la mayoría de los casos incurable, con una tasa de supervivencia muy baja, que afecta invariablemente la calidad de vida de los pacientes que la sufren y sus familiares.

Esta patología puede presentarse en personas de todas las edades (incluso en niños) sin distinción de raza. Sin embargo, es dos veces más común en mujeres y se presenta con mayor frecuencia entre los 40 y 60 años de edad.

La patología, analizada por expertos de varios países, suele ser asintomática. Desafortunadamente, cuando aparecen los síntomas la enfermedad está muy avanzada, explica el doctor Fiallo.

Los síntomas más frecuentes son, falta de aliento con el ejercicio físico, fatiga, mareo, desmayo y labios azules. Los pacientes con hipertensión pulmonar pueden tener dificultad para efectuar tareas cotidianas como subir escaleras, caminar distancias cortas o simplemente vestirse.

Muchas veces estos pacientes no pueden continuar con sus actividades laborales por su condición física, lo que puede tener un impacto económico y emocional fuerte en sus vidas, en la de sus familias y en sus comunidades.

Analizan los expertos que la enfermedad es rara, dado que los signos y síntomas no son tan específicos, a menudo su diagnóstico se retrasa. Generalmente sus síntomas se confunden con los de otras enfermedades, como el asma.