En el juicio contra Gabriel Villanueva, acusado de matar a su pareja Andreea Celea, testificó ayer la médico legista del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) Glorimí Cambero, quien practicó la autopsia al cuerpo de la joven de origen rumano y dictaminó que se trató de una muerte violenta por homicidio, puesto que en esta intervino una fuerza externa que la impulsó a caer.

En el estrado del Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, la testigo del Ministerio Público indicó que el cuerpo de Celea presentaba dos impactos producto de la caída y que tenía marcas en la muñeca y antebrazo derechos que reflejaban que la víctima fue sujetada fuertemente antes de morir.

La doctora opinó que es difícil que se tratara de un suicidio porque la víctima cayó lejos del sitio del que se habría lanzado y no presentaba fracturas en los miembros inferiores.
Cambero afirmó que el cadáver tenía rastros de opiáceos, pero no especificó cuál sustancia debido a que supuestamente el Departamento de Toxicología del Inacif no se lo informó al momento de redactar el informe de la autopsia.

Más temprano declaró el perito Juan de Dios, el agente del Departamento de Investigación de Crímenes y Delitos de Alta Tecnología (Dicat) de la Policía Nacional que procesó los vídeos que fueron recogidos de las cámaras de seguridad del hotel de cuyo octavo piso cayó Celea.

Rechaza volver a la escena. El tribunal rechazó el pedimento de los abogados de Villanueva de realizar un nuevo descenso al lugar de los hechos bajo el alegato de que las pruebas que se obtuvieron allí no fueron concluyentes.

“Esas son operaciones que se realizan durante la etapa de investigación. No es posible dar una instancia durante esta etapa porque violaría el principio de progresividad. Si aceptamos eso, estaríamos volviendo hacia atrás”, estableció uno de los jueces al justificar la decisión.
El juicio de fondo continuará mañana a las 9:00 de la mañana con la presentación de más testigos del Ministerio Público.

Otros testimonios. Entre los testigos a cargo que han declarado en este juicio se encuentran personas que vivieron en el mismo residencial que Villanueva los días previos a la muerte de su pareja.
Estos aseguraron que el imputado era violento y que en su casa se escuchaban peleas y gritos.