Médico, paciente y vías de lucha

Médico, paciente y vías de lucha

El Colegio Médico Dominicano (CMD) ha dejado a un lado el instrumento de fuerza que por mucho tiempo deshumanizó su lucha por reivindicaciones y su relación con el segmento de pacientes cuya salud está inevitablemente atada a la asistencia pública. De la huelga que denegaba  servicio al enfermo, se ha pasado a una etapa de diálogo con la autoridad y compenetración con el paciente para conocer más en detalle sus padecimientos y las deficiencias de la asistencia que recibe.

Hay inocultable  diferencia de estilo entre un impetuoso Waldo Ariel Suero y un sosegado Senén Caba. El primero exhibió siempre un ariete que no logró romper la tozudez oficial frente al reclamo de mejora salarial para los médicos. El segundo deja ver preferencia por una confrontación de pareceres sin descuidar la ligazón indisoluble del enfermo a la única asistencia en salud a que tiene acceso.

Cuando se dan estos cambios de método, cuando la  tozudez da paso a la  sensibilidad social, ganan los médicos y  los pacientes, y el país percibe que la lucha por reivindicaciones es posible sin necesidad del ariete. Estimulamos al CMD a mantener esta actitud. Su imagen ganará simpatías en la sociedad y el Gobierno, que también ha practicado la cerrazón, difícilmente podrá evitar contagiarse con el nuevo estilo.

 

Incendios forestales

Una racha de incendios forestales ocurrida recientemente en reservas boscosas del país ha puesto de manifiesto la necesidad de mejorar nuestros dispositivos para detectar y controlar estos percances. Se requiere personal suficiente especializado en monitoreo y extinción de conatos, antes de que se conviertan en grandes incendios, destructivos y  difíciles de  controlar, sobre todo en temporadas de aguda sequía.

Recordemos que en el año  2006 el país se vio obligado a pedir ayuda a Estados Unidos para controlar  un gran incendio que afectó la Cordillera Central durante dos semanas. Al condicionar ese país la ayuda a que aquí se emitiera un estado de emergencia y al considerar el Gobierno local inapropiada esa condición, el Gobierno de Venezuela envió aviones y expertos que extinguieron el fuego. Entonces como ahora, la falta de equipo humano y técnico permitió que los incendios crecieran más de lo que hubiéramos podido evitar.

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