Médico valora el avance que registra la cardiología en RD

Médico valora el avance que registra la cardiología en RD

ALTAGRACIA ORTIZ GOMEZ
En la  República Dominicana, la tecnología y el conocimiento médico se han combinado para hacer que el país ocupe hoy día un sitial de primera en la realización de cirugías cardiovasculares y cateterismos.

Sin embargo, en lo que concierne a trasplante de corazón, las posibilidades son más escasas, debido a que ese es un procedimiento que amerita la donación de un cadáver y la ley que lo dispone no se ha puesto en práctica.

La información la ofreció el doctor Pedro Ureña Velásquez, cardiólogo hemodinamista del Centro de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (CEDIMAT).

Es tal el avance en la cardiología,  que son muchos los extranjeros que vienen el país a realizarse estudios cardiovasculares, aseguró el experto quien participó junto al doctor Freddy Madera en la realización de la cirugía cardiovascular que se le practicó hace un año al  cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez.

“Al día de hoy en el país, hablar de una cirugía cardiovascular es un procedimiento rutinario, eso es válido para cualquier otro procedimiento”, manifestó Ureña”, dijo.

Con relación al trasplante cardiovascular, la principal dificultad es que se trata de una intervención que amerita donación cadavérica. Recientemente se inició a confeccionar la base de dato de personas que necesiten el trasplante cardiovascular.

Hoy día los cardiólogos del país están en la disposición de colocar desfibriladores y marcapasos dotados de alta tecnología. Ese es uno de los avances, aseguró Ureña.

No se sabe cuántos dominicanos necesitan un trasplante de corazón, pero se sabe que son muchos, pues la enfermedad cardiovascular constituye la principal causa de muerte en la población adulta.

La incidencia de las  enfermedades cardiovasculares aumentan conforme crece la población y se incrementan las expectativas de vida, por esa razón es necesario trabajar en la prevención, insistió.

En países como Estados Unidos, la cantidad de pacientes que se le da de alta luego de una afección cardíaca es cada vez más importante. Eso quiere decir que más gente sale viva, porque ha mejorado la tecnología y los  médicos saben más cómo tratar a la persona afectada.

PREOCUPACION

La mayor preocupación del doctor Ureña en materia de cardiología es la limitación que enfrentan los dominicanos para acceder a un servicio de ese tipo.

“Ese es el gran sueño de todos, si bien es cierto que tenemos una cardiología de muy alto nivel, también es cierto que un porcentaje de alto de dominicanos sólo puede llegar a un tratamiento cardiovascular a través de donaciones o jornadas con coordinaciones internacionales”, manifestó el experto.

El doctor Ureña es cardiólogo intervencionista con más de 11 años de ejercicios. Es egresado del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) y dirige el departamento cardiovascular del CEDIMAT, una unidad en la cual laboran más de 50 personas entre médicos, enfermeras y personal de apoyo.

En lo que el país tiene disposición de recursos económicos para tratar la incidencia de las enfermedades cardiovasculares, el experto cree que se deben coordinar acciones con países más desarrollados, laboratorios y compañías fabricantes.

ES COSTOSA

Para el doctor Ureña, la buena medicina es costosa, eso se debe al tipo de tecnología que se usa. En ese sentido puso el ejemplo de la diversidad de computadoras que existen en el mercado, una puede ser muy barata, pero es preciso saber en base a qué tecnología funciona.

“Hoy día hay dispositivos cardíacos que pueden medir el funcionamiento, el ritmo y toda la actividad cardiovascular del paciente, esa es una tecnología muy costosa, pero es lo que hace que podamos hacer una mejor medicina”, señaló el experto.

El problema del costo de la medicina moderna es mundial, dijo Ureña, quien además se resiste a la idea de que la modernización de los procedimientos lleve al médico a la deshumanización.

Hoy día países como Francia, Inglaterra y Estados Unidos revisan cómo es que van a disminuir los costos de ese tipo de procedimientos con uso de alta tecnología.

A su juicio, la persona que decide estudiar medicina no lo hace pensando en que se va a hacer rico. Se trata, dijo, de personas que trabajan con los que sufren y eso convierte al profesional en alguien más sensible.

“Al final, el deseo de todo profesional es que su paciente esté bien y eso produce una gran satisfacción”, señaló el especialista.

Siempre le duele la muerte de un paciente. “Nunca me acostumbraré a la muerte de un ser humano, el día que pase sabré que me estoy despersonalizando”, dijo Ureña.

El doctor Pedro Ureña Velásquez

Egresado del INTEC. Cursó Estudios en universidades norteamericanas. Es diplomado por el Board American de Enfermedades Cardiovasculares.

Está casado con Ana María Némen y tiene tres hijas.

En sus 11 años de ejercicio profesional han pasado por sus manos cientos de pacientes con afecciones cardíacas. Sin embargo, un caso que nunca ha podido olvidar es cuando en el 2002, nació en el Hospital General Plaza de la Salud, un niño con serios problemas cardiovasculares.

 El bebé fue intervenido en forma exitosa y hace unos días, en una misa de acción de gracias el niño fue a saludar al cardiólogo sonriente. Esa es una de las grandes satisfacciones que recuerda de su vida profesional. La fe que puso el Cardenal López Rodríguez en los cardiólogos del país, es también un motivo de alegría.

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