POR GERMÁN MARTE
HIGÜEY.- Ochentiuno de los 134 cadáveres de las víctimas del incendio de la cárcel de esta ciudad fueron debidamente identificados y entregados a sus familiares para fines de sepultura.

Así lo informó aquí el director del Instituto Dominicano de Patología Forense, doctor Sergio Sarita Valdez, quien explicó que para la identificación de las víctimas se elaboraron  fichas forenses a cada una de ellas.

Incluso, dijo Sarita Valdez, a través de las fichas, los médicos patólogos también determinaron que todos o casi todos los reclusos perecieron a consecuencia de quemaduras y asfixiados por el monóxido de carbono.

Precisó que algunos de los cadáveres presentaban heridas de armas blancas y de fuego, pero que estas no eran mortales.

El patólogo informó que los trabajos de identificación de las víctimas fueron iniciados el mismo lunes. Dijo que aún quedan 52 cadáveres sin identificar.

Sarita Valdez dijo que los cuerpos identificados fueron trasladados al hospital Nuestra Señora de La Altagracia, de esta ciudad, y colocados en un refrigador en el que serán mantenidos durante un tiempo prudente hasta que sus familiares los retiren.

Manifestó que si dentro de un tiempo prudente los cadáveres que queden sin identificar no son retirados por sus familiares, entonces se procederá a sepultarlos en tumbas individuales, marcados y etiquetados, para que si en un futuro algún pariente acude al cementerio sepa el lugar donde está enterrado.

El patólogo explicó que las fichas forenses se elaboran tomando fotos de los cadáveres, impresiones digitales y dentales.

Sarita Valdez dijo que algunos de los cadáveres quedaron muy carbonizados, razón por la cual será muy difícil su identificación, pero aseguró que esos son los menos.

Entre las víctimas del incendio  se citan los puertorqiueños Harold Levi III y Edwin Adams Cotto, que ya fueron identificados y despachados hacia Santo Domingo.

Se espera que en el día de hoy los cadáveres de los dos boricuas sean trasladados a Puerto Rico.

Además de los puertorriqueños, en el incendio murió una docena de haitianos, algunos de los cuales ya fueron retirados por sus familiares.

DOS FOSAS COMUNES

Aunque el director de Patología Forense desaprueba la práctica de enterrar cadáveres en fosas comunes, en el cementerio municipal de Matachalupe se habilitaron dos grandes fosas donde hasta el mediodía de ayer habián sido sepultados al menos 26 cadáveres.

Los cadáveres eran colocados en ataudes y enterrados directamente en las fosas. Reporteros de HOY observaron doce ataudes colocados uno al lado del otro en una fosa común, mientras una pala mecánica abría otra para colocar más cadáveres.

Fernando Abreu, responsable del camposanto informó que los cadáveres eran llevados al lugar por los familiares de las víctimas, con la ayuda de la síndico Karina Aristy.

Indico Abreu  que se procedió a enterrar los cadáveres en esas fosas comunes porque la mayoría de los familiares de los reos son gente muy pobre que carecen de los recursos para sepultarlos como Dios manda.

Sobre ese particular Sarita Valdez recalcó  que Patología Forense no entierra cadáveres en fosas comunes, pero tampoco puede evitar que los familiares de las víctimas lo hagan.

Destacó que por principios y por tradición cristina cada cadáver debe ser sepultado en una fosa particular, porque  cada muerto es un alma individual.

Muentras tanto a muchas de las víctimas del incendio de la cácerl de Higuey, tierra de la Virgen de La Altagracia, no les quedará otro remedio que permanecer para siempre como vivieron durante sus últimos días: hacinados, esta vez en una fosa común no tan diferente de la celda en que los sorprendió la muerte la madrugada del domingo.