En un esfuerzo por mejorar las relaciones médico-pacientes, la directiva del Colegio Médico Dominicano (CMD) inició ayer en la Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia una serie de encuentros, en el primero de los cuales las parturientas y embarazadas confesaron a los galenos que llegan al hospital temerosas de ser maltratadas de palabras o de morir.
Las embarazadas y parturienta basaron su temor a morir en las frecuentes denuncias de negligencia médica y a las cifras de alta mortalidad de parturientas haitianas.
Las ofenden. Tanto en el área de emergencia como en las consultas nos dicen: Cállate; no grites tanto, que tú no gritabas cuando lo estabas haciendo. Esta denuncia fue repetida de manera frecuente por muchas embarazadas.
Yolanda Portorreal fue la primera de las embarazadas del centro que expresó a Senén Caba, presidente del CMD, su preocupación por la alta mortalidad materna que ha escuchado se registra en esa maternidad.
Estoy aquí, pero tengo miedo a morir por negligencia médica, les pido que no dejen morir a las mujeres, suplicó la madre, quien aconsejó a los médicos que deben cuidar por igual a las haitianas y a las dominicanas.
Esa misma madre se preocupó por la inexperiencia de los médicos en formación, al manifestar su preferencia por los médicos expertos que por los muchachos puestos a hacer partos.
Todas estas preocupaciones fueron expresadas a los médicos, quienes manifestaron su disposición a mejorar sus relaciones con las pacientes para, junto a ellas, practicar una medicina más humanizada, basada en las necesidades de ellas.
Otra paciente, Teresa Antonia Urbáez, expresó su preocupación de que, aunque ya no es joven, no quiere entrar a la sala de cirugía y salir muerta. También estoy asustada, porque tampoco quiero morir.
Dijo que conoce de muchas pacientes en cuyos vientres han quedado gasas olvidadas, aunque reconoció que hay médicos muy buenos, y reveló que todos sus hijos nacieron en esa maternidad.
Sin embargo, Rosa Iris de la Cruz, otra embarazada, dijo a la dirigencia del CMD que en la emergencia las mujeres son maltratadas con palabrotas y que les ordenan callar.
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Otras pacientes que se quejan
Yolanda Portorreal, una joven que se atiende en la maternidad La Altagracia, fue la primera en expresar temor a morir por negligencia y porque la labor del centro descansa en médicos que aun se preparan. Dijo que no hay derecho a que dejen morir a las mujeres pobres.