Médicos luchan contra el estigma de las mujeres violadas por tropas de Gadafi

Médicos luchan contra el estigma de las mujeres violadas por tropas de Gadafi

Bengasi (Libia), (EFE).- Un grupo de cuatro médicos libios y un abogada ha lanzado un programa para ayudar a las mujeres supuestamente violadas por tropas fieles al coronel Gadafi e intentar acabar con el estigma de las víctimas en la conservadora sociedad libia.

«No es culpa tuya» o «Una mujer violada es tan heroica como nuestros combatientes», son algunos de los lemas que han comenzado a utilizar los fundadores del proyecto para poner fin al tabú de la violación que en muchos casos margina a las víctimas o las condena a renunciar para siempre a contraer matrimonio.

«Estamos ofreciendo líneas de teléfono de contacto y confidencialidad para poder hablar con las mujeres. Queremos que se sientan seguras», contó a Efe la abogada Hana al Galal, doctora en derecho internacional y una de las fundadoras de la iniciativa.

De momento están en la primera fase, intentando registrar el número de casos en zonas como Tobruk, Misrata o las montañas occidentales, donde continúan los enfrentamientos, para después poder abordar mejor el tratamiento de cada caso. Pero además, los iniciadores de este proyecto, subvencionado por el Ministerio de Salud del Consejo Nacional Transitorio libio (CNT), máximo órgano de los rebeldes, no descartan recoger los testimonios para presentarlos posteriormente a la Corte Penal Internacional (CPI), como asegura Al Galal.

 La violación en muchas sociedades árabo-islámicas no sólo supone una vergüenza y humillación para las víctimas, sino que se convierte en una deshonra para muchas familias. En algunos casos, las víctimas pueden llegar a ser asesinadas por alguno de sus parientes para, supuestamente, recuperar el honor perdido. Una razón más para que estos crímenes no sean denunciados.

En Libia, con el estallido del conflicto armado, la situación pareció empeorar y algunos médicos de la ciudad de Ajdabiya, en el este del país, denunciaron haber encontrado preservativos y pastillas de Viagra en los bolsillos de los combatientes de Gadafi, lo que algunos interpretaron como un plan organizado para lleva a cabo violaciones sistemáticas.

 «¿Quién puede hacer algo así? Eso es un crimen de guerra. ¿Quién ordena violar a su propio pueblo?», se pregunta el médico Jalifa Ramadán que regresó del Reino Unido, donde trabajaba, para participar en el programa.

Como parte de la iniciativa Al Galal comentó que habían reclutado a una clérigo musulmana para hablar con las afectadas y que defiende la opción del aborto en caso de violaciones.

El primer caso público de abusos sexuales supuestamente cometidos por miembros de brigadas gadafistas, salió a luz el pasado 26 de marzo, cuando la joven Eman al Obaidi irrumpió en el hotel Rixos de Trípoli, donde se alojaba la prensa internacional, para denunciar que había sido violada y golpeada durante dos días por 15 militares.

Este acto desató la furia de los libios de Bangasi, segunda ciudad del país y principal bastión de los rebeldes, que se manifestaron para mostrar su condena de lo ocurrido y su solidaridad con Obaidi.

Incluso el presidente del CNT, Mustafa Abdulyalil, se refirió a ella como una valiente heroína por haber denunciado en público su violación.

El programa, que ya se ha extendido por varias ciudades bajo control rebelde, incluye ginecólogos y psicólogos que intentan ayudar a las pacientes a superar el trauma y, en algunos casos, a aceptar al hijo que nacerá como consecuencia de la violación.

 «Tenemos un equipo en Tobruk (en el este), otro en Misrata (en el oeste) y otros con los refugiados libios en Túnez.

Queremos ayudar al mayor número posible de mujeres», subrayó Al Galal. La abogada, que es consciente de que los ingresos del CNT son escasos y de que la comida y el combustible son prioridades más urgentes en estos momentos, sostiene que continuará adelante sea como sea y con los fondos que haya. «Si es necesario lo sufragaré de mi propio bolsillo.

 Nuestro objetivo es ayudar a cuantas más mujeres mejor. El dinero vendrá después», subrayó. EFE

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