El universo virtual ha dinamizado la vida moderna. Sí, pero además ha implicado e impuesto nuevos desafíos en materia de seguridad para contrarrestar los males y timos que derivan de lo digital.

Una de las amenazas crecientes del ciberespacio es el ransomware. Una infección tecnológica, malware o programa malicioso, creado por desaprensivos con el fin de extorsionar.

El concepto proviene de “ransom», una palabra inglesa que significa “rescate». El ransomware infecta un sistema informático de forma intencionada con la finalidad de impedirte usar alguno de tus dispositivos “secuestrados» hasta que hayas pagado el rescate para su liberación. Aunque parezca metáfora, es del todo real.

Y el contagio puede producirse de diversas formas: por visitar sitios web inseguros y fraudulentos, descargar un software, correos masivos, etc. De acuerdo a la compañía de seguridad informática Kaspersky “si haces clic en un vínculo malicioso, podrías dar inicio a una descarga automática que, a su vez, podría llevar a una infección».

Existen dos categorías de ransomware: el de bloqueo (afecta las funciones básicas del equipo) y el cifrado (cifra archivos individuales). Y estas a su vez se dividen en distintos tipos de ransomware: Locky, WannaCry y Bad Rabbit.

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¿Cómo funciona la trampa?

Para empezar, el ransomware creado por ciberdelincuentes se introduce en el dispositivo, cifra por completo el sistema operativo o solo algunos de los archivos para que no puedas usarlos libremente. Y así cuando te toman como ‘rehén digital’ los timadores exigen el pago de un rescate por tus datos.

Esta seria amenaza no discrimina, pues ataca desde usuarios comunes hasta empresas. De acuerdo al informe “The State of Ransomware 2021″, de la empresa británica Sophos, especializada en software y hardware de seguridad, en 2020 se vieron afectadas por ransomware el 37% de las empresas encuestadas. El 32% de las empresas pagaron el rescate para recuperar sus datos: en promedio $170,404 dólares.

Medidas preventivas

La prevención es la medida más efectiva de protegerte frente a la amenaza latente del ransomware.

Estas son algunas acciones que puedes poner en práctica desde ya para minimizar los riegos:

Haz copias periódicas de seguridad. Eso te ayudará a mantener a salvo los datos almacenados en tus equipos.
Administra tus clics. Evita abrir un enlace dudoso que te hayan enviado por correo o cliquear en un sitio web que desconozcas.
Actúa con cautela. Si recibes un correo extraño, procede con cautela. No abras archivos adjuntos ni visites páginas de apariencia poco confiables.
Custodia tu información personal. No divulgues tus datos sensibles por teléfono, correo electrónico o mensajes de texto para mantener a distancia a los ciberdelincuentes.
Cuida tus dispositivos. No conectes dispositivos de almacenamiento o memorias USB de dudosa procedencia a tu equipo, que podría contagiarse de un ransomware.
Protege tus equipos. Usa un software anti ransomware que podría evitarte el pago de una suma exorbitante para recuperar tus archivos.
Analiza tus equipos. Las revisiones periódicas de vulnerabilidad te ayudarán a revelar si hay un intruso en el sistema.
Actualiza tus aplicaciones con los últimos parches de seguridad. Así tus dispositivos estarán más protegidos contra el ransomware. Los parches minimizan el riesgo de que un hacker aproveche vulnerabilidades en tus aplicaciones.
Sé cauteloso con las descargas. No descargues aplicaciones o archivos multimedia de sitios que no conozcas. Procura que sean de sitios confiables y verificados.

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