Medidas para  afrontar
catástrofes naturales

Medidas para  afrontar<BR>catástrofes naturales

La tormenta ya  pasó y muchos dominicanos se han solidarizado con los  damnificados,   lo que resta es tratar las secuelas  psicológicas que dejan tragedias de esta naturaleza. Un experto habla para ¡Vivir! sobre cómo afrontar esta realidad

ROR LILY LUCIANO

“Tras la tormenta viene la calma”, así reza un dicho popular. No obstante, cuando la tormenta deja como secuela decenas  de muertes, dolor, ansiedad e impotencia, se hace difícil que   la calma se apodere de un pueblo.

El paso de la tormenta Noel trajo consigo insistentes y copiosas lluvias  que devolvieron a sus antiguos cauces varios   ríos en  diferentes regiones del país. 

Durante la madrugada del domingo inició una   verdadera pesadilla para  miles de dominicanos, que hoy, ocho días después, sienten pánico con  sólo ver que el cielo se nuble o que   empiece a llover.

 Y es que aunque la lluvia   suele tener un canto melodioso, el agua  arrastrada por la tormenta  Noel se convirtió,  durante cinco  días, en   verdugo de los más humildes dominicanos, quienes despertaron con el agua al cuello. Muchos  vieron cómo el agua y el lodo arrastraban a su familia, hasta, en el peor de los casos, verlos  morir.

Hasta el momento  las  perdidas humanas  superan las 84 personas, decenas de desaparecidos y más de 58 mil  personas evacuadas.

 La tormenta ya  pasó y muchos dominicanos se han solidarizado con los  damnificados;   lo que resta es tratar las secuelas  psicológicas que dejan tragedias de esta naturaleza.

 Aparte del arrastre de brotes de enfermedades virales  e infectocontagiosas, la salud emocional de las personas que han perdido parientes, (hijos, hermanos, padres) es un punto importante a tratar.

 El psicólogo  César Castellanos,  consultado por ¡Vivir!, explica que en situaciones como la que acaba de atravesar el país hay  tres aspectos importantes  a tratar:

 En primer lugar, el grupo de personas impactadas  directamente con la muerte de parientes;  segundo, los damnificados que perdieron sus casas y otros bienes y no saben dónde vivirán,  y en tercer lugar, el grupo que está sano y salvo, pero que   -afectado-  vive la tragedia a través de los medios de comunicación.

Como bien explica Castellanos, las personas que han perdido seres queridos entran en un proceso  conocido como  postraumático.

Los  malestares del segundo grupo de víctimas se presentan después del primer mes, cuando comienzan a pensar en todo lo que han perdido.  

Éstos, por lo general, reaccionan con malestares fisiológicos, depresión  y falta de aire.

 Es decir,  que el tema  salud mental, pese a  que siempre se deja en un segundo plano, no es  el menos importante, indica el experto    Hay quienes lo han perdido todo: su familia, su  hogar, bienes materiales, recuerdos y,  con ello, su tranquilidad emocional.

Cómo enfrentar el trauma infantil

Los niños reviven cada instante de las  tragedias, según el psicólogo

Una tragedia de la intensidad de Noel deja estragos, y  por lo general, quienes más sufren en situaciones como esta son los niños, debido a que,  por su inocencia, no logran entender qué está sucediendo,  y son más vulnerables a las consecuencias de la tragedia.

En tal sentido, el psicólogo clínico  manifestó que los más pequeños se traumatizan  y reviven cada instante  la tragedia. Luego de que las agua  bajan y  todo vuelve a su normalidad, se comportan intranquilos y en sus juegos infantiles  incluyen los momentos que vivieron durante la desgracia.

Con la llegada de Noel al país, muchos fueron los ríos que como fieras  reclamaron sus antiguos espacios, dejando muertos, heridos y desaparecidos a su paso.

Las pérdidas materiales  son, hasta el momento, incalculables. Se ha vaticinado la carestía de   productos   agrícolas y, por ende, los industrializados. Todas estas malas nuevas juegan en la mente de la gente.

A  todo esto -dice el especialista- se le suma el odio y rencor que las víctimas desarrollan hacia la naturaleza, y en su afán  de buscar culpables se auto responsabilizan por no haber tomado medidas de prevención a tiempo y culpan al Gobierno de su desgracia.

Estas nuevas actitudes en las personas, explica Castellanos, deben ser tratadas a tiempo.

Fase de tristeza

El doctor  César Castellanos asegura que la fase de tristeza que invade a estas personas perdura unos tres meses y es a partir de entonces cuando la gente empieza a aceptar lo que ha perdido.

 En tal sentido, el especialista indicó que el 95% de las personas lo superará, mientras que el otro 5% , entre los que se encuentran aquellas personas narcisistas o con la autoestima muy elevada, presentarán dificultades para recuperarse.

 Su ego no les permite aceptar que lo han perdido todo, que una mala jugada de la naturaleza les arrebató su familia o sus bienes  materiales. 

Las personas que perdieron  familiares a causa de los torrenciales aguaceros se tornan muy tristes y desconsoladas, sin embargo, el hecho de ver el cadáver los consuela más rápidamente que aquellos que vieron cómo las aguas arrastraban  sin piedad a sus seres queridos.

En estas últimas personas  la impotencia  juega con sus emociones, sumado al hecho de que guardan la ilusión de que en  algún momento la corriente haya decidido dejar a esa persona  en algún rincón, y que ésta  regresará con vida.

Tras el paso de la  tormenta

El paso de un fenómeno natural puede cambiar totalmente la vida de mucha gente en pocas horas, en especial la de los niños. Sin dudas, la tormenta Noel ha dejado grandes daños en todo el país, y en este sentido, las autoridades y los organismos correspondientes recomiendan conservar la calma, estar alerta y seguir al pie de la letra las siguientes normas de seguridad.

1- Lo primero que hay que tomar en cuenta es revisar cuál es la dimensión de los daños ocurridos, si hay personas con lesiones y comprobar el estado de la casa.

2- Asegúrese de que todos los miembros de la familia sepan cómo reaccionar después del paso de un fenómeno  natural. Enseñe a los niños cómo y cuándo llamar a la policía o los  bomberos, y qué estación de radio sintonizar para escuchar información de emergencia.

3- Si su hogar se ha inundado  limpie todas las superficies duras de su casa con agua y jabón. Debe enjuagar todo con una solución desinfectante de por lo menos cinco gotas de cloro  por cada galón de agua. Esta limpieza es muy importante en las áreas donde hay comida, como la superficie de la meseta  de la cocina, y en los lugares donde juegan los niños.

4- Compruebe el estado de la energía eléctrica de su sector. Al encender un electrodoméstico con la energía muy alta, puede que éste se dañe.

5- Algunos equipos electrónicos, tales como los televisores y los radios, tienen electricidad aun cuando estén enchufados lo que pueden ser peligrosos. Mire en la parte trasera por si hay una etiqueta de advertencia. Equipos que tienen estas etiquetas necesitarán ser limpiados profesionalmente.

6- Recuerde ayudar a los vecinos que pueden requerir asistencia especial,  tales como los que tienen bebés, ancianos y personas discapacitadas.

7- Reporte en cuanto le sea posible, los cables derribados de los servicios eléctricos.

8- Conduzca sólo si es necesario. Los escombros y los caminos inundados pueden hacer que esto  resulte peligroso.

9- Manténgase alejado del área del deslizamiento. Puede haber peligro de nuevos deslizamientos. Recuerde que pueden ocurrir inundaciones después del flujo de lodo o de escombros.

10- Revise el estado de las edificaciones y tierra circundante para detectar todos los daños. Recoja los escombros del patio y lugares en los que pueda  reproducirse el mosquito del dengue y acudir las ratas para evitar futuras enfermedades.

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