Medidas para prevenir cáncer ginecológico

Medidas para prevenir cáncer ginecológico

La medida preventiva para evitar el desarrollo de las patologías cancerígenas en ginecología es el chequeo ginecológico, con exámenes especializados para evaluar el estado de todos los órganos del cuerpo femenino importantes: Las mamas, el endometrio, la vulva, la vagina, el cuello uterino, las trompas de Falopio, los ovarios y el útero.

Es usual que sólo un 5% de las mujeres acude al Ginecólogo de manera preventiva, pues desafortunadamente hay un 95% que acude a consulta cuando está latente alguna enfermedad o presenta los síntomas de alguna dolencia. Esto se combate con una cultura de prevención, que cada vez toma más cuerpo en las mujeres Dominicanas.

El estilo de vida repercute de forma directa en la prevención.

El estilo de vida y los factores conductuales poseen una marcada repercusión en todas las enfermedades. Es lo que reflejan más de la mitad de estudios científicos. Por ello, un cambio de estilo de vida es el mejor aliado para minimizar las patologías asociadas a esos factores de riesgo.

Adquirir unos hábitos adecuados influye en la prevención de todas las patologías importantes.

En estudios internacionales se reporta que más del 60 por ciento de los estudios científicos relacionan ya el riesgo de patologías con un estilo de vida inadecuado. Por ejemplo, un factor de riesgo de cáncer de mama es el aumento de peso hasta llegar a la obesidad en el momento de la transición a la menopausia.

Un estudio del Cáncer Epidemiology, Biomarkers & Prevention confirma que la obesidad y el sedentarismo elevan el riesgo de cáncer de mama triple negativo (sin expresión de estrógenos, progesterona y HER2 – proteína producida por un gen específico cuya alteración puede producir cáncer -). Este tipo de tumores constituyen entre el 10 y el 20 por ciento de todos los cánceres de mama y se asocian con un mal pronóstico.

Los epidemiólogos han advertido de la asociación entre obesidad y un mayor riesgo de cáncer de mama posmenopáusico, así como de que las probabilidades disminuyen con la actividad física.

Parece ser que el tejido adiposo y los estrógenos contribuyen al desarrollo del tumor.

Mientras que la actividad física reduce las probabilidades en un 23 y un 15 por ciento, respectivamente.

 

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