Con las medidas del Tesoro de EUA, República Dominicana podría convertirse en un importante suplidor del mercado cubano, con altos niveles de desabasto.

Independientemente de la frialdad con que fueron acogidas en círculos oficiales y de la cautela con que fueron recibidas por la población cubana, las medidas anunciadas por el Tesoro de Estados Unidos el 28 de mayo pasado podrían contribuir al crecimiento de las pequeñas empresas privadas en Cuba y ser aprovechadas por la República Dominicana para aumentar el comercio con la vecina isla.

Nos referimos principalmente a la decisión de autorizar a los empresarios independientes del sector privado que sean nacionales cubanos tanto a abrir, mantener y utilizar a distancia cuentas bancarias en EE. UU. como la desautorizar a esos mismos pequeños empresarios el restablecimiento de transacciones “U-turn”, que son transferencias de fondos que se originan fuera de Estados Unidos y también terminan fuera de Estados Unidos, en las que ni la fuente ni el beneficiario están sujetos a la jurisdicción de Estados Unidos.

Esto quiere decir que si una empresa dominicana vende a un pequeño empresario privado en Cuba este puede realizarle el pago desde Cuba y ser recibido en un tercer en el país, pasando por el sistema bancario estadounidense.

El cambio está en que en el caso de la cuenta bancaria, anteriormente los cubanos que visitaban EE. UU. estaban autorizados para abrir una cuenta, pero no podían utilizarla desde Cuba, y en lo que respecta a las transacciones “U-turn”, la situación era la de que estas transacciones no eran posibles porque la OFEAC las había eliminado en septiembre de 2019.

La autorización de las “U-turn” pretende ayudar a los empresarios independientes del sector privado, “al facilitar remesas y pagos por transacciones en el sector privado cubano que estén autorizadas por varias provisiones de las CACR”.

De manera que en lo adelante los bancos de Estados Unidos están autorizados a procesar transferencias de fondos “U-turn” en las que Cuba o un ciudadano cubano tenga un interés, siempre y cuando ni la fuente ni el beneficiario sea una persona sujeta a la jurisdicción de Estados Unidos.

En la medida en que crezca el interés de las pequeñas empresas cubanas por beneficiarse de ambas medidas y que los bancos estadounidenses acojan las solicitudes dado que cuentan con la bendición del Tesoro de EUA, para empresas dominicanas será más fácil negociar con pequeñas empresas privadas cubanas, que no tendrían que hacer hasta lo imposible para recibir o hacer pagos desde un tercer país.

No se tienen cifras bien sustentadas sobre el tamaño del sector de la pequeña empresa privada cubana, pero hay quienes estiman que podría estar moviendo unos 1,000 millones de dólares. Es de esperarse que con estas nuevas medidas el crecimiento de ese mercado tome impulse, lo que abre oportunidades para los exportadores dominicanas.

Por su ubicación geográfica y por contar con una economía que completaría la cubana, en la producción de alimentos y cosméticos, la República Dominicana podría convertirse en un importante suplidor del mercado cubano, con altos niveles de desabasto.