El ex mayor policial  Frederick Medina Abud, condenado a 20 años por la muerte de un vecino, testificó ayer en el tribunal que fue señalado como coordinador de la matanza de los siete colombianos por las dos personas que trabajaban en la casa de uno de los extranjeros y el sobreviviente de ese crimen.

Así recreó el momento de la  rueda de testigos, en la que lo señalaron como cabeza del crimen,  Emilio Basilio Victoria  y su mujer  Mercedes Carvajal, empleados de  Darío José Atencio Vargas (El Don o El Jefe), uno de los colombianos acribillados el 4 de agosto del 2008, en un cañaveral de Ojo de Agua, en Paya, Baní.

La tercera persona a que se refirió Medina Abub fue al sobreviviente de la matanza, el nicaragüense  Orín Clinton Gómez,  de quien dijo que también lo identificó entre los ocho o nueve hombres que los fiscales presentaron en rueda de testigos, en Baní.

Manifestó que pasó un año y dos meses preso por el caso de Paya, pero que Orín le envió una carta, con letra  suya, en la que le pedía perdón por el daño causado al imputarlo en la matanza.

 Dijo que fue así como recobró su libertad. Medina Abud fue interrogado ayer en el Tercer Tribunal Colegiado del Distirto Nacional, en calidad de testigo a cargo del  ex teniente de navío Edward Mayobanex Rodríguez Montero. El abogado de Mayobanex interrogó a cinco testigos a cargo, quienes aseguraron a los jueces Alina Mora, sobre su inocencia.   

Lo de Orin Clinton. El nicaragüense, que al inicio del proceso tenía la doble condición de imputado y de víctima (por considerarse que se alió al tráfico de la droga)  y al que le fueron retirados los cargos,    confirmó  que le dirigió la carta a Medina Abud pidiendo perdón por el problema que le causó.

Habló en la audiencia, pero manejó su acostumbrado silencio, para no revelar el contenido de la carta. “Sí, sí, yo le mandé una carta a Medina Abud”.

Hipótesis de la matanza.  Las autoridades atribuyen la matanza de Paya a  un tumbe perpetrado de 1,300 kilos de cocaína, y afirman que fue ejecutado por un grupo de marinos y policías, con la participación de ex policías y civiles. Los investigadores  establecieron que el crimen de los colombianos se relacionó con 14 millones de dólares, dinero que nunca apareció ni se menciona en el juicio.

Nadie reclama los muertos.  El asesinato de los siete colombianos en Paya, quienes según el Ministerio Público fueron apresados por un grupo de hombres que se hicieron pasar como agentes de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), no ha sido reclamado por ningún pariente. Los nombres de las víctimas, como la de Atencio Vargas (El Don), dueño de la casa, se mencionan solo para relacionar el hecho.

 Las pruebas de ayer. Garabito, abogado del capitán de navío Ricardo Rafael Guzmán Pérez, hizo saber a los jueces que las pruebas confirman que los ocho paquetes de la droga decomisada en la avenida La Ecológica, en el 2008, no les fueron encontrados a su defendido, sino a Marcos Fajardo, otro de los acusados en el alijo que se asocia al caso Paya.

Las claves

1.  Sorprenden tribunal

Causó extrañeza  que los abogados de los ex marinos Jorge Luis Chalas y Andrés Tapia Balbuena, les declararan a los jueces que no tenían pruebas que rebatir, ni testigos para presentar.

2. Besos evasivos

Esto ocurre un día después de que se filtrara que el Ministerio Público  negociaría con esos  imputados, para que acusen a los  marinos implicados en la matanza. El   adjunto   Francisco Polanco respondió con besos cuando se le preguntó si era cierto lo de la negociación.