Medina, entre el sine die y el non bis in idem

Medina, entre el sine die y el non bis in idem

Ubi Rivas.

Por decantarse, obstinado, en reformar la Carta Magna, violando su oferta y palabra al país en 20l5 del “nunca jamás” y marchar a su casa sin contradecirse, el presidente Danilo Medina se coloca en un cul de sac, entre el sine dìe, y el non bis in idem.
Sine dìe es un término de la antigua Grecia que define una coyuntura sin plazo ni fecha, y non bis in idem es el término jurìdico que estatuye no poder ser juzgado dos veces por la misma falta.
El presidente Medina califica en el primero de los términos, postulando primero que en marzo diría al país su decisión frente al certamen cívico 2020, y hoy estamos en junio, y el segundo, el mismo impide postularse en los comicios próximos.
En el ínterin, el presidente Medina ha producido una especulación expectante, que auspicia la zozobra y la desarmonía social de sus gobernados, y por delicadeza, que demuestra carenciar, debió ahorrarle al país, demostrando altruismo, que tampoco corteja.
Con su cazurra actitud, el presidente Medina, por primera vez, ha quebrado la disciplina que inculcó a sus pupilos el referencial escritor y presidente Juan Bosch, como uno de los métodos en su cartilla silabaria de gobernar, inspirada en los preceptos de su numen Eugenio María de Hostos, que su discipulado envió al traste, optando por la acumulación de fortunas fabulosas.
Quiebra de la disciplina que fue el basamento de su política para capturar y mantener el poder, y que no muy tarde, ocasionará el colapso y Waterloo del poder en el PLD, que no se ha producido antes, por favorecerle una inocua oposición, sin un líder que concite el impacto carismàtico de las multitudes. Pero que surgirá, quizás de adentro.

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