Medio millón de católicos peregrinan al ‘Lourdes angoleño’

<P>Medio millón de católicos peregrinan al ‘Lourdes angoleño’</P>

MUXIMA, Angola, (AFP) .- Centenas de miles de angoleños se congregaron este fin de semana en el santuario católico de Muxima, el «Lourdes angoleño», situado a 150 km de Luanda, para participar en la mayor peregrinación del país.

Cita importante en un país donde tres de cada cinco personas son católicas, practicantes o no, el peregrinaje mariano de Muxima, una pequeña ciudad de 3.000 habitantes, tiene un éxito creciente en los últimos años.

«Muxima tiene el potencial de convertirse en santuario de renombre mundial, como Fátima en Portugal o Lourdes en Francia», dice su rector, el padre Albino Reyes González, quien destaca que pese a la falta de alojamiento, los fieles van a lo largo del año. Y ello pese a que la Virgen no ha aparecido en Muxima.

La iglesia blanca donde se expone una imagen de la Virgen, que data del siglo XVI y de la colonización portuguesa, está situada en el parque nacional de Quissama, en la ribera del río Kwanza.

Está dominada por una antigua fortaleza que el gobierno angoleño ha querido inscribir en el patrimonio de la UNESCO. Además de su ubicación particular, el sitio goza de una larga tradición, pues la figura de Nuestra Señora de Muxima –que significa «mi corazón» en kimbundu, una de las lenguas nacionales–, es la más venerada en el país desde el XIX siglo.

La ciudad de Muxima ha aprovechado estos últimos años la política de reconstrucción de las infraestractura del país que lleva a cabo el gobierno, lo que la ha sacado de su aislamiento.

Tras la inauguración de un inmenso puente sobre el río el año pasado, el gobierno provincial de Luanda concluyó este año la rehabilitación de dos carreteras que llevan al santuario, y un proyecto de construcción de una basílica está también en estudio. Tradicionalmente, este peregrinaje se celebra el primer fin de semana de septiembre, pero este año fue adelantado un mes debido a las elecciones generales del 31 de agosto.

Por ello, el santuario registró una afluencia récord este fin de semana. La iglesia y la policía anunciaron en torno a 500.000 personas. Misas, vigilias y confesiones masivas se sucedieron en esta pequeña localidad que se transformó en un campo de carpas multicolores ante las cuales cada familia duerme y come durante varios días.

Los deseos de los peregrinos, la mayoría mujeres, se centraron ese año en la salud, el éxito o la búsqueda de empleo de sus allegados, en un reflejo de las dificultades sociales a las que se enfrentan la mayoría de los angoleños. Aunque hay de todo: «estoy aquí para perdirle a la Virgen que todo se pase bien con mi marido», confía Isabela Nunes, de 31 años, lo que cae como anillo al dedo al lema del peregrinaje de este año «reconciliar las familias».

El último ruego formulado por la Iglesia se refiere a la buena marcha de las elecciones de finales de mes, las terceras desde la independencia del país en 1975.

En este sentido, mientras los partidos de la oposición y la sociedad civil denuncian un proceso salpicado de irregularidades, la Iglesia católica pide a los ciudadanos que vayan a votar, aunque hace hincapié en la necesidad de unos comicios transparentes y democráticos.

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