Bolivia . — En el pueblo boliviano donde fue enterrado hace 50 años, el Che Guevara parece estar vivo aún. Los vecinos sienten por él casi la misma devoción que por su santo patrón, el Señor de Malta, y cuentan su hazaña guerrillera como si hubiera ocurrido ayer.
Vallegrande, a 480 kilómetros al sudeste de La Paz, concentra este fin de semana a miles de activistas y simpatizantes de varios países, quienes participarán en los actos de conmemoración por los 50 años de la muerte del guerrillero argentino-cubano, que ha preparado con gran despliegue el presidente Evo Morales.
Han sido invitados los vicepresidentes de Cuba y Venezuela, los cuatro hijos del guerrillero, intelectuales y académicos, informó la Cancillería. Decenas de carpas acogen a cientos de visitantes cerca de la fosa donde fueron hallados en 1997 los restos del Che y de otros combatientes.
El Che fue capturado el 8 de octubre de 1967, en las montañas cerca de Vallegrande, al límite de sus fuerzas tras 11 meses de combates. Fue fusilado al día siguiente por orden de la CIA, según los historiadores, y su cuerpo fue traslado al poblado para ser exhibido.
Disertaciones a cargo de académicos e intelectuales sobre el pensamiento del guerrillero, exposiciones gráficas, ferias gastronómicas y veladas culturales forman parte de la celebración cuyo epicentro será el lunes. Camisetas, llaveros y otros recuerdos con la imagen del Che se venden en las calles de este pueblo risueño donde comerciantes buscan ganar algún dinero.
“El Che fue un revolucionario que luchó por los pobres y murió por sus ideales y eso lo convirtió en un mito, pero en Vallegrande su memoria ha sido salvada por un sentido religioso y después por un sentido político e ideológico”, dijo a The Associated Press el historiador cubano Froilán González, cuyas investigaciones permitieron encontrar los restos del guerrillero enterrados en una fosa común para después repatriarlos a Santa Clara en Cuba.
“Hay una gran falsedad en el mundo actual. Por eso el pensamiento del Che y de muchos otros guerrilleros sobrevive”, según González.
No obstante, la figura del Che todavía desata pasiones encontradas en Bolivia. En paralelo a la celebración oficial, los excombatientes bolivianos que sobreviven han desfilado en uniforme de campaña y han participado de misas para recordar a sus muertos en la guerrilla.
“Ningún gobierno se ha preocupado de nosotros. Nos consideramos héroes porque combatimos una guerrilla invasora”, dijo el veterano Freddy Guevara tras participar de una misa en conmemoración a los caídos del ejército boliviano.
En el poder desde 2006, Morales se ha declarado un admirador del Che, pero hay la sospecha entre los opositores que los actos de celebración podrían ser aprovechados por el mandatario para levantar su imagen, manchada por escándalos de corrupción y por su pretensión de reelegirse en 2019 a pesar de estar legalmente inhabilitado.
“La lucha de hace 50 años del Che es la lucha que hacemos ahora”, declaró Morales el viernes.