En la pascua, fiesta con motivo del nacimiento de Jesús, un altísimo funcionario del Estado ha pedido echar a un lado el debate de problemas que nos dividen, mientras otro, igualmente altísimo, del gobierno, ha pedido desoír pronósticos sombríos para 2018. Tal pareciera que funcionarios se inscriben en el balsámico canto a Jesús de la Magdalena en la ópera “Jesucristo Superestrella”: “Basta ya de angustias, deja los problemas, olvida las penas… duerme bien… con el sueño podrás olvidar”.
Contrariamente a ese adormecimiento, el Jesús por el que celebramos la navidad siempre se “ocupaba de las cosas de su padre” aun en tiempo de Pascua Judía. Así le respondió Jesús a sus padres cuando le reprocharon haberse quedado en el templo de Jerusalén “disputando con los doctores de la Ley”; según el pasaje del Niño Perdido en el Templo. (Lc.2.49).
Así como Jesús se ocupaba de lo suyo en la pascua judía, los que nos vanagloriamos de seguirlo a Él debemos emplearnos en lo de Él, aún en la pascua de Él. En lo que nos enseñó, predicó y ordenó que hiciéramos en su nombre.
Es el caso de la advertencia contra quienes “atan cargas pesadas y difíciles de llevar y las ponen sobre las espaldas de los hombres, pero ellos no ponen ni un dedo para moverlas” Mt. 23.4.
Muchas cargas pesadas y difíciles nos han puesto sobre nuestras espaldas que no podemos ni debemos echar a un lado, aunque queramos, en estas pascuas en honor a Jesús; como tampoco podemos ignorar lo previsible en el futuro inmediato.
¿Cómo echar a un lado, p.e., inseguridad ciudadana, precariedad de servicios, insuficiencia de producción, desempleo, degradación ambiental, desorden territorial, pérdida de identidad, malgasto y prevaricación en el manejo de recursos públicos y endeudamiento?
¿Porque ignorar las consecuencias inmediatas de la falta de respeto imperante, enquistamiento bandolero de burocracia dominada por ilegalidades, pérdida de majestad y solemnidad de autoridades, quebranto de institucionalidad, deterioro de nuestras instancias político-sociales, carencia de instancias de concertación ante contingencias previsibles?
¿Cómo pasar por alto que estos factores están pervirtiendo comportamientos?: Cada vez perdemos capacidad de asombro ante hechos repudiables, impera mediocridad e ineptitud; predomina chercha, vanidad y autoelogio entre gobernantes, fomentamos sociedad de dádivas y propinas, inhibimos emprendimientos, perdemos competitividad, aumentamos dependencia colmada en clientelismo, acentuamos desorganización y abandonamos la pulcritud.
Contrario a cómo piensan funcionarios estatales y gubernamentales, la pascua que conmemoramos por el nacimiento de Jesús debe inspirar meditaciones para cambiar el estado de cosas señalado.
Y así como Jesús se ocupaba de lo suyo en la pascua judía, ocuparnos de predicar lo de Jesús en lo que ataña a nuestra suerte.