Meditando por la Red, una práctica en boga

Meditando por la Red, una práctica en boga

EFE.  REPORTAJES ¿Quieres dedicar más tiempo a tu desarrollo personal? ¿Te gustaría asistir a un curso de crecimiento interior a pesar de vivir muy lejos del centro dónde se imparte?  Internet te ayuda a crecer y te permite ¡¡hasta meditar en grupo!!

Jorge siempre tuvo vocación de ayudar a los demás. Cuando se planteó seguir un curso de formación para dedicarse profesionalmente a la psicoterapia, enfrentó el obstáculo de tener que desplazarse cientos de kilómetros para recibir las clases. 

Carmen se siente vacía, desorientada, nerviosa. Le han hablado de un taller de superación personal que ha cambiado la vida de otras personas. Pero las obligaciones familiares y laborales, apenas le dejan tiempo. 

  La solución les ha llegado de la mano de Internet, a través de la cual ambos han realizado un curso a distancia y un profundo trabajo personal, que ha permitido a cada uno ser quien quería ser: él un terapeuta profesional y ella una mujer plena y feliz.

“Las nuevas tecnologías permiten que la comunicación de vivencias y experiencias, así como la dinámica y sensación de comunidad, en la esfera virtual, sean tan enriquecedoras y transformadoras como las que proporciona la presencia real”.

Meditación simultánea y compartida.  Esto explica José María Doria, director de la Escuela Española de Desarrollo Transpersonal (EEDT), que imparte cursos de formación de terapeutas a distancia para quienes no pueden acudir a las clases que se imparten en su centro Kay Zen, situado en El Escorial, en Madrid.

La enseñanza a distancia evita a los alumnos, el coste, complicaciones, nerviosismo y esfuerzo de desplazarse a un sitio lejano y también  permite que ajusten los días y horarios de estudios a sus necesidades y actividades,  además de ahorrar a los alumnos los gastos de comida y alojamiento.

Otra de las características del sistema es el trabajo en grupo, que permite a cada participante mantener, desde su casa, una comunicación con los demás miembros, quienes pueden estar cientos o miles de kilómetros distantes entre sí.

Evitando así la sensación de aislamiento y permitiendo un aprendizaje compartido.

Una de las prácticas con efectos más potentes es la meditación simultánea y compartida on-line, que –según Doria- “activa partes de la mente que están más allá de la “construcción mental” convencional, circunscrita al tiempo y espacio”.

A un día y hora determinados por la noche, cada alumno en un lugar específico de su casa, practica media hora de silencio consciente, siguiendo un ritual como encender un  incienso o una vela, para sentirse en contacto con su comunidad.

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