El presidente Hipólito Mejía negó ayer versiones que circulan en medios diplomáticos y del Congreso estadounidenses involucrando al gobierno dominicano en un supuesto respaldo a los rebeldes haitianos que se levantaron contra el presidente Jean Bertrand Aristide.

«Quiero aprovechar la ocasión para decir que nosotros en este conflicto haitiano hemos tenido una actitud de mucho respeto, tanto al pueblo, al gobierno, a la sociedad y a la dignidad de los haitianos», aseguró el presidente Mejía.

«No nos hemos prestado a incendiar ese ambiente ya cargado de conflictos ni con ayuda en el orden armamentista para que se mueran personas ni con ninguna otra clase de apoyo», dijo el mandatario por iniciativa propia mientras condecoraba al sacerdote puertorriqueño Rafael Candelas Morales, con largos años residiendo en este país.

«Hemos tenido una posición de mucho control para evitar eso», la crisis en Haití, dijo Mejía, quien incluso reveló que la República Dominicana ha sido felicitada por no haber sido «pugnaz» en la situación desencadenada en el vecino Estado. No dijo quién hizo la felicitación.

«Pedimos a Dios para que ese pueblo pueda salir de parte de los preocupantes, agobiantes y graves problemas que tiene», agregó Mejía, en la ceremonia celebrada en su despacho.

En medios diplomáticos y periodísticos se ha especulado en torno a un supuesto respaldo, incluso el suministro de armas, al grupo encabezado por el ex comisario de policía haitiana Guy Philippe, quien informó que penetró a Haití por la frontera dominicana.

Más recientemente, el legislador Donald Payne, demócrata por New Jersey, requirió al gobierno de los Estados Unidos explicar por qué había vendido a República Dominicana 3,500 armas siendo este país el lugar donde los ex jefes paramilitares haitianos organizaron la rebelión contra el gobierno de Aristide.

El secretario de las Fuerzas Armadas dominicano, teniente general José Miguel Soto Jiménez, negó que se compraran armas.

Mejía se identificó con la frase del depuesto presidente Aristide de que Haiti y la República Dominicana «son de un pájaro las dos alas», pero destacó que «muchas de las travesuras que nuestros hermanos haitianos hacen allá nosotros tenemos que entenderlas y aceptarlas», en obvia alusión a la inestabilidad política.

«Yo he dicho que somos un matrimonio sin divorcio», dijo el gobernante.