HIGÜEY.– El presidente Hipólito Mejía oró ayer ante la imagen de la Virgen de la Altagracia en la Basílica de esta ciudad y dijo que pidió perdón por los pecados o las fallas que haya cometido y se declaró abierto para hacer cualquier cosa que garantice unas elecciones “absolutamente limpias y transparentes”.

Mejía dijo a la prensa que había asumido ese compromiso frente a su familia hace unos días.

El mandatario, al subir al altar en el templo dedicado a la Protectora del pueblo dominicano, se detuvo de pie por cerca de un minuto ante el cuadro de la Virgen, acompañado de un sacerdote y del jefe del Cuerpo de Ayudantes Militares, mayor general Carlos Díaz Morfa.

El gesto del mandatario se produce apenas un día después de que desafiara a un enfrentamiento a trompadas a su principal contendor en la presente campaña, el ex presidente Leonel Fernández, a quien acusó de pretender chantajear al país con amenazas en caso de que no se le proclame ganador de las elecciones del próximo domingo.

“Hice un compromiso con mi familia hace unos días y antes de salir hoy de venir a humillarme ante los pie de la Virgen de la Altagracia para dos cosas: a pedirle perdón por los pecados o las fallas que hemos cometido y, segundo, solicitarle, pedirle al pueblo dominicano ¿y porque no?, a mis adversarios para que cualquier cosa que haya que hacer para que la transparencia, la tranquilidad, el sosiego y los no conflictos se puedan dirimir y que sea ella (La Virgen) quien se encargue de eso”, dijo el mandatario.

“Si eso se interpreta como una apertura y como algo con sana intención y que no me vengan a justificar lo injustificable. Estoy abierto a cualquier cosa adicional que sea necesaria para que haya unas elecciones absolutamente limpias y transparentes”, agregó.

El mandatario inició a media mañana un recorrido por la región Este del país donde movilizó activistas del gubernamental Partido Revolucionario Dominicano (PRD), organización que lo postula a la reelección en las elecciones del domingo.

Mejía llegó a esta población tras haber recorrido en caravana las comunidades de Consuelo, Hato Mayor y El Seibo. “Presidente, sabemos de su vocación católica, pero ¿a qué se debe esta oración?”, preguntó este redactor a Mejía, quien de inmediato dio su explicación.

La prensa que cubrió las actividades del gobernante fue expresamente llamada para captar la escena. La seguridad dispensó todas las facilidades.

El presidente Mejía viajó a media mañana en dirección a la región Este por la carretera Mella, tras inaugurar 128 viviendas de 256 que están siendo construidas por el gobierno para los miembros de las Fuerzas Armadas.

Las 128 viviendas, levantadas en Hainamosa, en Santo Domingo Este, fueron construidas con una inversión de RD$200 millones.

Mejía llegó poco antes de las 11:00 de la mañana a la población de Consuelo, San Pedro de Macorís, donde recorrió sus calles, la mayaría sin pavimentar, a bordo de un vehículo especial, en el que se exhibe e interactúa con el publico.

Micrófono en mano y acompañado del senador por Monte Plata, Ramón Alburquerque y de su jefe de campaña en la región Este, Guido Gómez Mazara, el presidente Mejía anunció que dispondría la reconstrucción de las calles y otras obras de infraestructura.

La caravana se dirigió entonces a Hato Mayor, donde recorrió sectores de la periferia y el centro. Muchas personas se desplazaron a pie y en motocicletas para seguir la caravana presidencial. Un oficial de seguridad del mandatario resultó con una pierna fracturada al quedar enganchado en uno de los neumáticos del minibús en que se desplazaba el presidente Mejía y sus acompañantes.

La caravana llegó a El Seibo y prosiguió en dirección a Higüey, donde el presidente Mejía, luego de visitar la Basílica, almorzó en privado en un club de las afueras.

En la tarde, la caravana recorrió las ciudades de La Romana y San Pedro de Macorís. Los perredeístas lo acompañaron al grito de “cuatro años más!”