Todo quedó atrás mientras París exhibía historia y belleza en la deslumbrante inauguración de los Juegos Olímpicos. El viernes pasado, millones de personas fueron cautivas del síndrome de Stendhal, faltaban palabras y sobraban emociones para calificar aquello. La ilusión de la “tregua olímpica” estuvo presente y ojalá perviviera hasta la clausura. Después del deslumbre francés … Sigue leyendo Mejor sin ruidos
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