Mejora competitividad con tejido de guano

<p>Mejora competitividad con tejido de guano</p>

Minolma Peralta ganaba 15 dólares semanales manufacturando escobas; hoy paga en comisiones 50 veces esa cantidad y encabeza una empresa cuyos tejidos son mostrados en lugares tan lejanos como Japón y se ha convertido en símbolo de esperanza para su pueblo de Santiago Rodríguez, una pequeña comunidad aledaña a la ciudad cibaeña de Santiago.

¿Cómo fue posible el cambio? El conocido empresario de muebles, Porfirio Peralta, descubrió que los tejidos de las escobas artesanales que Minolma fabricaba podrían convertirse en sustituto menos costoso y más vistoso que el ratán.

Por más de 15 años, Minolma se dedicó al trenzado de escobas a partir de las hojas del árbol del guano. Tras las indagaciones de Porfirio, Minolma encontró la manera de transformar los tejidos de escoba a tejidos de mueble.

El encuentro entre ambos produjo que Minolma instalara una escuela de mujeres tejedoras y se transformara en la gerente de una pequeña empresa que emplea a unas 50 campesinas – que fueron sus alumnas – y que entrega puntualmente su producción a la fábrica de Peralta, quien abarató costos y amplió exportaciones.

“Las mujeres se encuentran muy motivadas porque ahora hay trabajo y han logrado mejores ingresos. Este proyecto le ha dado vida a la masa desposeída”, dijo Minolma, quien explicó que su empresa ahora subcontrata y paga salarios basados en producción.

Esos salarios se han traducido a una mejor calidad de vida en la comunidad ya que al momento, unas 50 familias se han beneficiado directamente de los empleos creados por la pequeña empresa de Minolma. Según explicó Argentina Mercedes Serralta, una de las primeras tejedoras que entró a la empresa de Minolma, todo en su vida ha cambiado.

“En la comida hemos podido mejorar porque podemos comprar algo que no podíamos. Antes comíamos vacío y ahora estamos comiendo acompañado. Como ahora hay trabajo, es más fácil que los niños vayan preparados a la escuela, con mejor ropa y mejores zapatos. Ahora, hay trabajo, hay comida, hay fortaleza, hay mas ánimo”, explicó.

Para Porfirio, su asociación con la empresa de Minolma es un ejemplo de que todavía existen oportunidades para las comunidades, sólo hay que explorar las posibilidades.

“Nunca antes habían habido tantas oportunidades para hacer negocios como ahora, precisamente porque tenemos la oportunidad de presentar nuestros productos en otros países, en otros mercados”, aseguró Porfirio Peralta, cuya asociación con Minolma y otras tejedoras le ha permitido vender sus muebles en Puerto Rico, Estados Unidos y mercados de Centro América y ahora exhibiéndose en mercados tan lejanos como Japón.

Porfirio Peralta, quien actualmente emplea unas 200 personas, explicó que su empresa está asociada a un cluster – un sistema que agrupa varios sectores productivos impulsado por el Centro Nacional de Competitividad (CNC) –  que ha estado trabajando con las mujeres campesinas en la producción de guano. Aunque la palabra cluster ha sido algo nuevo para estas mujeres, el proceso les ha dado una orientación y les ha despertado el interés en agruparse y trabajar como un equipo en busca de lograr mejores niveles de ingreso y mejor calidad de vida Según explicó Porfirio Peralta, por medio de los clusters los empresarios pueden recibir asesorías y financiamiento y es así que se ha convertido en uno de los modelos principales en República Dominicana para lograr la unificación de los sectores productivos para ser más eficientes y más competitivos.  “El objetivo del CNC al impulsar este tipo de proyecto es incentivar la preparación de la sociedad dominicana, fomentando el trabajo conjunto entre el gobierno y el sector privado por medio de los clusters y poder así brindar a las PYMEs la oportunidad de operar y competir como una empresa grande en los mercados internacionales, sacándole ventajas a la globalización. República Dominicana si puede competir y ganar”, dijo Andrés van der Horst, director ejecutivo del CNC.

Para Van der Horst, Minolma ya dio ese paso. Abandonó por completo sus labores anteriores y utilizó su experiencia para arriesgarse en un camino que le ha permitido convertirse en una empresaria independiente y en un ejemplo de superación en su comunidad.

“Ese espíritu empresarial es la raíz del concepto de competitividad. El caso de Minolma es una gran ejemplo de que con empeño, podemos competir y ganar en el mercado global”, finalizó diciendo Van der Horst.

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