Antes de plantearnos mejorar nuestra salud, debemos conocer el estado en que nos encontramos. Este es el momento para acudir a nuestro médico y realizarnos un chequeo general. Muchos pensamos que se va al médico cuando estamos enfermos y en realidad no debería ser así. Las visitas regulares al médico son el primer paso para mantenernos cada día más sanos.

Otra de las conductas importantes es hacer ejercicio. El ejercicio físico tiene muchos beneficios. Mantiene el cuerpo ágil, evita lesiones musculares, ayuda a liberar toxinas y estrés, etc. No se trata de convertirse de buenas a primeras en un atleta ni mucho menos. Hoy en día existen alternativas que nos permiten hacer ejercicio y mantenernos saludables. Las rutinas cardiovasculares, el yoga, pilates, practicar algún deporte, zumba, y algunas tan económicas como caminar o correr.

Es importante vigilar también nuestra alimentación. Somos lo que comemos. Una dieta saludable es la clave para mantener el cuerpo saludable. Pero, hay que tener precaución a la hora de modificar nuestros hábitos alimenticios. No todos podemos hacer todas las dietas ni todas las dietas sirven para lo mismo. Debemos visitar un profesional de la nutrición para que nos oriente sobre cómo modificar nuestros hábitos y comer de manera más saludable.

Otro punto también muy importante es el descanso. En nuestra rutina diaria a veces nos es difícil encontrar tiempo para descansar y relajarnos, pero debemos hacerle un hueco al descanso, sobre todo al dormir. Nuestro cuerpo necesita ese espacio para reponer energía, y nuestro cerebro, para mantenerse funcionando con normalidad.