Altagracia Ortiz 
El hospital Robert Reid Cabral experimenta algunas mejorías, tiene agua y energía eléctrica permanente, pero todavía el indicador de mortalidad neonatal sigue alto, mueren entre siete y ocho bebés cada fin de semana. Esa es la cifra.
Así lo informó ayer el doctor José Miguel Ferreras, quien aseguró que el hospital tiene oxígeno y agua de manera normal y que los RD$10 millones que le prestó el Seguro Nacional de Salud (Senasa) están siendo utilizados para el pago de pequeñas deudas, como es el caso de la empresa que suministra el oxígeno.
Los médicos tuvieron ayer una gremial en la quinta planta del hospital, donde se analizaron las debilidades del sistema de salud, las leyes y la voluntad de los galenos en hacer sus aportes para mejorarlo.
El doctor Clemente Terrero hizo un análisis sobre el sistema de salud, cuyas leyes parecen orientadas a la rentabilidad más que a lograr el bienestar de las personas. En la Asamblea también participaron los doctores Pedro Sing y Mery Hernández, del Colegio Médico.
