El ministro de Educación, Melanio Paredes, consideró ayer que los resultados del estudio Violencia en la escuela, que financió Plan Internacional, solo son válidos para los seis centros de la región Sur donde se llevó a cabo y que de ninguna manera pueden ser generalizados a toda la población estudiantil en su conjunto.
Mediante un comunicado, el funcionario señala que la investigación se realizó en seis centros educativos sin pretensiones de ser representativo de las escuelas dominicanas, ni siquiera de las regionales en que están las del estudio: Azua, Barahona y San Juan.
Es muy probable que la forma de manifestación e incluso, su intensidad, sea muy diferente de una escuela a otra, no permitiendo la definición de perfiles de violencia escolar, agrega el documento con el que Paredes reaccionó a los hallazgos de la investigación que hizo la antropóloga Tahira Vargas.
Entre otros aspectos, el informe presenta a las escuelas como espacios en que las distintas formas de violencia son empleadas como método disciplinario por todos los agentes del sistema, llegando incluso al uso de los golpes, humillaciones y torturas y hasta acoso sexual.
Sobre el tema, Paredes destacó además que las autoridades educativas desarrollan iniciativas para prevenir la violencia a nivel de los centros educativos, así como los factores de riesgo; entre otras señala: una campaña de Educación en valores, programas formativos de escuelas de padres y madres, incremento de sicólogos escolares y la capacitación de la policía escolar.
En fin el ministerio de Educación está haciendo todo lo que le corresponde de acuerdo con sus funciones, cita el comunicado, en que el ministro exhorta a los demás agentes sociales a involucrarse en los programas orientados a cambiar la realidad de violencia.
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Estudio revelador
La investigación Violencia en las escuelas, que elaboró la antropóloga Tahira Vargas como iniciativa de la entidad global Plan Internacional, arrojó que en las escuelas del Sur todavía son comunes los golpes, torturas y humillaciones, como método correctivos que arropan a todos los actores de la escuela. El uso de varas, reglas, golpes e insultos ocurren desde la entrada, continúan en las clases y el recreo y llegan hasta la hora de salida de los centros educativos, lo que imprime temor.