Melanio  y la página 37

Melanio  y la página 37

Recientemente el periódico HOY publicó la información de que el ministro de Educación, Melanio Paredes, admitió que había ordenado la realización de obras de ingeniería, incluyendo la remodelación de su despacho, en forma directa o de grado a grado, alegando que decidió aprovechar las ofertas de “fiao” o crédito que le habían ofrecido los beneficiarios de las asignaciones, porque el Ministerio no disponía de recursos para el pago de los porcentajes iniciales de los contratos.

Tuve el privilegio de ser discípulo y colaborador del doctor Vinicio Calventi Gaviño (Q.E.P.D.) quien dirigió por más de treinta años la Maternidad Nuestra Señora de La Altagracia.

Con su estilo de dirección tradicionalmente centralizado, se esforzaba en controlar cualquier mínimo detalle administrativo del hospital y aprendí numerosos procedimientos gerenciales empíricos, en especial el de la página 37. Simplemente, cuando un administrador se le presentaba explicándole la urgencia de la compra de materiales o medicamentos, me decía: “Eso está en la página 37 del libro de 100 capítulos sobre vagabunderías de algunos administradores; dejan que las cosas se acaben, que se forme el lío con la emergencia y ofrecen la solución salvadora de un amigo que, sin importar el dinero, el día, la hora y la velocidad, busca cualquier cosa por el doble o el triple de lo que cuesta en realidad y así el hospital vive endeudado con suplidores inescrupulosos que se nutren de las urgencias fabricadas”.

Las explicaciones sobre el “fiao”del ministro de Educación me recordaron las enseñanzas del profesor Calventi y me convencieron de que las incongruencias con el desayuno escolar también podrían explicarse revisando la página 37, o tal vez la 38.

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