El ingeniero Manuel de Js. Viñas Cáceres (Meme) fue uno de esos hombres de visión y energías extraordinarias, que dedicó la mayor parte de su laboriosa existencia al mejoramiento del agro dominicano. El dio su inteligencia y su enorme capacidad tanto al sector público como privado.

Falleció el 10 de julio de 1990, hace 20 años, mientras desempeñaba la dirección del CEA.

Fue un hombre de productivas iniciativas y de un entusiasmo contagioso por todas las ideas que se le presentaban o que él mismo concebía para aplicarlas a la agricultura. Ocupó en dos oportunidades la Secretaría del agro y fue el primer director del Instituto Agrario Dominicano (IAD), organismo que dirigió en tres ocasiones. Se graduó de agrónomo en la prestigiosa Escuela El Zamorano, de Honduras, con especialidad en la Universidad Texas A/M.

Integró el grupo de fundadores de la Universidad Pedro Henríquez Ureña y fue profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Ingresó a Agricultura a mediados de 1958, cuando el Subsecretario de esa cartera, don Julio Ibarra Fas, un hombre de brillante experiencia, lo recomendó al titular, don Miguel A. Dájer.

En su primera gestión en la SEA Viñas padeció el asedio de cercanos colaboradores del presidente Joaquín Balaguer, que negaron a endilgarle la peregrina acusación de estar enviando dineros estatales al ex general Elías Wessin y Wessin, exiliado en Panamá.

Meme era un gran comunicador y en sus exposiciones públicas, en sus conversaciones privadas, siempre estaba en actitud de expresar una opinión, en definir un problema, en aportar una solución. Ese poder de comunicación lo hizo una personalidad de muy extensas relaciones y grandes amistades. Supo formar amistades y cariños. Lo conocí en el año 1975 a través de Felipe Parra Pagán, cuando ambos laboraban en el IAD.

 A su llegada a la SEA en ese año, Viñas requirió mi presencia y desde entonces floreció una amistad que se mantuvo cálida, invariable, como son las que se cultivan a través de la sinceridad, del desinterés, de la decencia, cualidades que le adornaban.

Era un hombre de firmeza, y en una ocasión, estando nosotros en misión oficial en Constanza, ofreció una declaración al periódico El Caribe, a propósito de un sorpresivo aumento en el precio del plátano.

“Si los dominicanos quieren comer plátanos, tendrán que pagarlos a precios justos y equitativos, de suerte que los productores puedan alcanzar cierta rentabilidad con su producto”, afirmó el secretario. Y en horas de la tarde, el presidente Balaguer le hizo algunas advertencias sobre lo que el gobernante consideró “declaración inoportuna”.

Textualmente Balaguer le dijo por vía telefónica: “Viñas su declaración sobre los plátanos es poco política y puede catalogarse una arenga a los movimientos sociales”.

 El agrónomo Félix Olivares y yo, que estábamos juntos a Meme, consideramos que al día siguiente estaríamos cancelados. Pero no fue así.

La indignación de Balaguer quedó definitivamente superada con una precisa y contundente reacción del secretario, a propósito de la declaración del diputado reformista por Santiago, Andrés Mendoza Pepín, de que el consumo de carne de pollos estaría causando desviaciones sexuales en los hombres.

Ese era Manuel de Jesús Viñas Cáceres, un hombre de múltiples facetas, dueño de un humor capaz de motivar que cualquier cristiano se convirtiera en acreedor de ese remedio infalible: la risa.