Con motivo de conmemorarse a nivel mundial el Día del Medio Ambiente este tres de junio, el ministro de esa cartera, jurista Francisco Domínguez Brito, presidió un emotivo acto en Jarabacoa, “La Villa de la Eterna Primavera”, joya turística de la provincia cabecera del municipio, La Vega, y más allá, del país.
Además de Medio Ambiente, participaron en el acto la directora de la Escuela Ambiental de Jarabacoa, Martha Fernández (así se llamaba la esposa del dictador Fulgencio Batista), el ministro de Defensa Rubén Paulino Sem, y el alcalde de Jarabacoa, Carlos José Sánchez Pineda.
Propulsores del cuido medio ambiental de Jarabacoa, conocí a Juan Pablo Sierra y Manuel Abreu (Nelito), fallecidos, pero sus desvelos por preservar la naturaleza de Jarabacoa no fueron asumidos por el relevo generacional que sustituyó su impronta.
En los últimos 20 años visité frecuente Jarabacoa, compartiendo el arte de los pintores Juan Bravo, Roberto Flores, Valentín Acosta y Eduardo Rodríguez, disfrutando sus bellezas escénicas, que completan temperaturas menor a los 27 grados centígrados, y el susurro desestresante del río Yaque del Norte bordeando el hotel La Confluencia.
Empero, observé, con decepción e impotente rabia, cómo flotaban en el Yaque del Norte fundas y botellas plásticas y toda suerte de porquerías que los jarabacoenses desaprensivos vierten sobre el afluente más importante de la isla Española, que empieza a ser agredido en Jarabacoa, y completa su crimen y asfixia ecológica mortal a su paso por Santiago de los Caballeros.
Extiendo un memo cordial al alcalde de Jarabacoa, Carlos José Sánchez Pineda, para que diseñe un programa educativo a sus munícipes con fines de preservar a Yaque del Norte, extensivo a concienciar a los insensibles santiaguenses que polucionan hasta morir el otrora gran río, hoy una nausebunda cloaca.