El pasado sábado 11 asistí a la graduación de 889 nuevos profesionales en el recinto de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) en Santiago, ya que mi primera nieta María Gracia Valdez Herrera, recibía su diploma de licenciada en Comunicaciones y era impostergable que, en compañía de sus padres y hermano, asistiéramos los abuelos a tan memorable ocasión.

Fue una sorpresa muy agradable ver la pléyade de jóvenes que recibirían sus títulos, apoyados por centenares de familiares y amigos que mantuvieron un entusiasmo contagiante durante la larga ceremonia de entrega de títulos al 61% de mujeres y 39% de hombres, incluyendo a 89 meritorios estudiantes haitianos, algunos graduados Cum Laude.

Realmente uno estaba acostumbrado a ver o leer los mensajes de los oradores invitados, en torno a la problemática de la educación o de los males del país, que ya en menos de diez minutos aburrían a los graduandos, soportando un mensaje bien llevado, pero lejos del sentir de los jóvenes. La amenaza de lluvia no pasó de ahí y pudimos disfrutar de un clima caluroso a lo largo de un largo ceremonial.

El orador invitado de la ocasión, un egresado de la PUCMM de hace ya 28 años, hizo un enfoque que entusiasmó, no solo a los graduandos, sino a los que oímos la pieza oratoria, que brilló por su mesura, sus consejos y lo ligero y sabio de sus enfoques. Considero fue una acertada la elección de ese orador invitado, en lugar de traer un catedrático extranjero de renombre que no deja nada al final de su discurso.

El ingeniero Manuel Estrella, un exitoso empresario de la construcción, puede decirse que aportó plenamente su experiencia y sus consejos, para que 889 nuevos profesionales asimilaran de no tenerle miedo al mundo que se le presentaba y que los llevarían al camino del éxito, si se lo proponían al enfrentarse a un mundo tan demandante de nuevos recursos profesionales.

El ingeniero Estrella habló de sus experiencias y de su concepción de un profesional comprometido con el país, que aún dentro de las dificultades, se ofrecen oportunidades de quienes sin miedo puedan alcanzarlas y buscar la mejoría de llevar a cabo la función trascendental del ser humano que es el servir.

Fue muy estimulante escuchar un profesional que se le ve muy afanado en sus lides empresariales en empresas, que si bien algunas no tuvieron el beneplácito de la comunidad nacional, pero otras ofrece una imagen de calidad y dedicación, que lo colocan a la cabeza del mundo empresarial criollo.

Mi nieta María Gracia tiene en su sangre los genes de dos familias dedicadas a escribir y ser informadores públicos; ya ella es cronista de Ritmo Social, pero posee cualidades líricas que la hacen inigualable, ya que el país necesita de nuevos valores para relevar, a quienes han puesto en alto el bel canto criollo. Ella proyecta continuar sus estudios líricos, después de lograr su título a los 21 años, como lo logró también su madre Fabiola Marina.

Felicito a las autoridades de la PUCMM por ésta, su 84 graduación ordinaria, que ya ha aportado más de 60 mil profesionales y donde existe en sus recintos una mezcla de nacionalidades que hablan muy bien del ecumenismo y de la calidad de la educación.