El relato histórico es un valioso atributo de la especie humana que permite reproducir y compartir las experiencias tanto individuales como colectivas que pueden ser traspasadas a las generaciones futuras. Recuerdo las expresiones de pena y malestar que mostraba en su rostro el profesor Juan Bosch cuando nos decía: “El pueblo dominicano no acostumbra darle seguimiento a las noticias”.
El notaba la falta de coherencia en personajes de la vida pública cuando asumían una postura ante cierta problemática social y que luego daban un giro de 180 grados para actuar diametralmente opuesto a lo declarado semanas o meses antes. Tal actitud le desconcertaba bastante.
En marzo de 2016 realizó una excepcional visita a la República de Cuba el entonces presidente de los Estados Unidos Barack Obama. En una parte de su discurso pronunciado en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, el jefe de Estado estadounidense expresó: “Es hora ya de olvidarnos del pasado, dejemos el pasado, miremos el futuro, mirémoslo juntos, un futuro de esperanza. Y no va a ser, va a haber retos, y a esos vamos a darle tiempo; pero mi estadía aquí me da más esperanzas de lo que podemos hacer juntos como amigos, como familia, como vecinos, juntos”.
La respuesta a dicho planteamiento la ofreció Fidel Castro el 28 de marzo de 2016 en un artículo al que puso como título: “El hermano Obama”.
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En sus párrafos finales Fidel decía: “Nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura. Advierto además que somos capaces de producir alimentos y las riquezas materiales que necesitamos con el esfuerzo y la inteligencia de nuestro pueblo… Nuestros esfuerzos serán legales y pacíficos, porque es nuestro compromiso con la paz y la fraternidad de todos los seres humanos que vivimos en este planeta”.
En febrero de 1970 Juan Bosch en una charla por Radio Comercial en el espacio del Partido Revolucionario Dominicano llamado “Tribuna Democrática” declaró: “La vida es un don precioso, sí señores; pero no lo es cuando hay que pasarla llena de angustias, cuando el padre y la madre tienen que preguntarse todos los días cómo harán para darle de comer a sus hijos, de qué manera conseguirán un dinerito para que los hijos no anden desnudos y descalzos, cómo van a poder arreglárselas para que al ir creciendo sus hijos puedan ir a la escuela y a universidad… La salud del pueblo se obtiene cuando toda la sociedad, desde el hombre más humilde hasta el jefe de Gobierno, adquiere la conciencia de que todo lo que hay sobre la tierra lo más importante es el ser humano, es la vida humana lograda en todos los aspectos”.
Sin memoria social e histórica estaremos condenados a repetir los errores del pasado con el agravante de que si ayer Bosch le hablaba a 4.5 millones de habitantes, hoy se dirigiría a cerca de once millones de dominicanos y dominicanas.