Memorias de Ito Cruz y Josi

Memorias de Ito Cruz y Josi

Las memorias son temas recurrentes de importantes obras, y las del ex-premier británico Winston Churchill, cinco tomos, le valieron el Premio de Literatura por la Academia de Ciencias de Suecia, es decir, el Nóbel de Literatura.[tend]

Dos de los más grandes militares que ha producido Estados Unidos, los generales Dwight David Eisenhower y Douglas McArthur, escribieron sus memorias, cual de las dos más suculentas, en la que el primero, delínea el plan para eliminar al generalísimo Rafael Leonidas Trujillo, al final de su tomo dos.

Memoria es vivencia no solamente del terruño, sino también de las experiencias acumuladas aquende a éste, extrapoladas a otras latitudes, como fueron los casos de los tres grandes personajes citados que escribieron las suyas.

Una de las memorias más suculentas del país la escribió el poeta y literato don Víctor Garrido Puello, que intituló En la Ruta de Mi Vida, sin desperdicio, excelso escritor, agudo, profundo, enjundioso y buena persona.

En finos trazos poéticos, también el reputado médico ido a destiempo, Pedro Guarionex López, escribió De Cuando en Cuando, donde vierte experiencias riquísimas, exceptuando los motivos que hubo para autoexiliarse en Montreal en el final de la Era de Trujillo, pero que todos conocemos.

En memoria impersonal también está plasmada para la posteridad Cartas a Evelina, del imposible de olvidar doctor Francisco Eugenio Moscoso Puello, así como también su Navarijo, y Francisco Gregorio Billini en su Engracia y Antoñita, y Pedro Francisco Bonó en El Montero, y Ramón Marrero Aristy en Over y Tulio Manuel Cestero en La Sangre y Pedro Romero Confesor en Remembranzas, para citar algunas memorias superbas, sin omitir a Fernando Infante en su reciente Los Viejos Díaz, un éxito de librería.

Ahora, dos eminentes personalidades de la actualidad, el doctor Abigaíl Cruz Infante, político, escritor, articulista irrenunciable de diarios y el doctor José de Jesús Jiménez Olavarrieta, médico cardiólogo eminente, consultor honorífico del Salón de la Fama del Béisbol de Estados Unidos en Cooperstown, Nueva York, médico residente del hospital José María Cabral y Báez por 40 años consecutivos, publican sus memorias, que han resultado delicias para los que como quien suscribe, soy de sus coetáneos.

Cruz Infante, Ito, fundador del socialcristianismo con luminarias como Bernardo Defilló, José Joaquín Puello, Caíto Javier Castillo, lamentablemente ido a destiempo, Yuyo D’Alessandro Tavárez, Teófilo Quico Tabar, Lucas Rojas, Rafaelito Martínez, Alfonso Moreno Martínez, Josefina Padilla, nos vierte el zumo de sus recuerdos en su obra Colegio Mayor Universidad San José de Calasanz, donde nos recrea sus experiencias estudiantiles con figuras imposibles de pasar inadvertidas por la sociedad dominicana.

Ito nos recrea a sus coetáneos, del país y de su terruño mocano, esa sería 54 tan altiva y productiva, tesonera y enhiesta que se llevó de encuentro a dos tiranos por la vía expeditiva que fueron consecuencias y leit-motiv de su interactuar en la plenitud de los relámpagos del mando supremo, y las pensiones, y las aulas de su alumnado brillante, y que, ¡ay!, hasta llegamos a exigirle que hiciese lo propio con el déspota ilustrado que acogotó las libertades individuales por 22 años de mandato cuestionables por su origen legal.

El doctor Jiménez Olavarrieta, por su parte, nos presenta su obra Recuerdos de mi Vida y del Hospital José María Cabral y Báez, del que fue pensionado, y se miró de arriba hacia abajo ese día, para detectar si en realidad estaba viejo.

Riquísima versión del Santiago de los Caballeros de la segunda mitad del siglo pasado, en que la Ciudad Corazón exudaba una apacibilidad aldeana, el Yaque del Norte que nos recreó tanto juntos a ambos, era entonces el Nilo dominicano, y todas sus experiencias como médico en USA y Canadá y sus viajes por Europa.

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