“Memorias del ausente”
Entre complicidades y silencios

<p><strong>“Memorias del ausente”<br/></strong>Entre complicidades y silencios</p>

POR GRACIELA AZCÁRATE
“Esta historia tiene que ver con la memoria, con los mitos… Tiene que ver con las estafas y los abusos de los poderosos… Tiene que ver con las complicidades y los silencios…

 Con las carencias de los que no tienen. Con los compañeros, con las campañas, con las políticas, con los trabajadores, los inmigrantes, los nativos…

Carlos Larrosa y Carlos Dianotta : “Memorias del ausente”

Historia del ferrocarril argentino

Como Rosa Lee Parks o como María Elena Walsh me animo a emularlas y  proclamo que somos ocho millones de ciudadanos y ciudadanas que no somos revolucionarios  ni sediciosos, que “sólo estamos muy cansados” y que la única aspiración legítima que tenemos es a vivir en paz, con dignidad y dejar de ser los “eternos ausentes”

Entre las muchas amistades que coseché como consultora de comunicaciones de CONANI existe  una relación estrecha con ARGENPRESS,  una agencia de noticias digital de  Argentina a la cual le pedí permiso para reproducir en la revista institucional una serie de artículos escritos sobre temas de niñez y adolescencia. No solo me autorizó para publicar todo lo que contribuyera al bienestar de nuestra infancia sino  que ha hecho habitual mandarme libros, crónicas y entrevistas que supone pueden servirnos (digo, pueden servir a las instituciones que en el país trabajan para la infancia).

Su director Emilio J. Corbière tiene como consigna en la página principal una frase de José Martí que dice: “La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida” que para mí  no es mera coincidencia.  Son esas sincronías que el psiquiatra suizo Carl G. Jung decía que explican y justifican  una vida y el destino arquetípico de un grupo social.

Entre esos materiales hace unos días recibí la presentación escrita por Enzo Casá de un libro sobre la historia del ferrocarril argentino escrito por Carlos Larrosa y Carlos Dianotta .

En las palabras de agradecimiento escribe “por ayudarnos a mirar, que es mucho más que ver…”

Para mi, la hija de un viajante de comercio, el tren, sobre todo el de la línea del oeste, que se adentra en el desierto y las tolderías me trae memorias. Son en realidad un mapa sentimental de la infancia que estoy de a poco dilucidando y a tientas descubriendo . Es esa “patria única” a la cual una regresa siempre, si quiere entenderse, entender el pasado y sobre todo aprender a morir en paz.

Uno de los periodistas escribe: “Las representaciones del pasado reciente influyen decididamente en el destino de los procesos políticos. ¿En que medida el uso público de la historia puede contribuir en la representación de un pasado, que nos permita transformar las prácticas del presente y pretender un futuro mejor?

“Memorias de un ausente” habla de los que no están…de otro país, de este país. De lo que quedó, de lo que nos dejaron, de lo que perdimos. De lo que pudo ser…Es un trabajo historiográfico de los ferrocarriles de la región del Litoral. Esta historia tiene que ver con la memoria, con los mitos…Tiene que ver con las estafas y los abusos de los poderosos. Con las carencias de los que no tienen. Tiene que ver con las complicidades, con los silencios, con los compañeros, con las campañas, con las políticas, con los trabajadores, los inmigrantes, los nativos…”

Y paré. Dejé de leer de los ferrocarriles argentinos para entender  que nosotros, y abarco a los dominicanos en un nosotros que me incluye, también tenemos las “memorias de un ausente”

Por ejemplo nuestra gran ausente es la infancia, la adolescencia, los jóvenes, los enfermos de SIDA, los viejos y viejas, los jubilados,  los enfermos mentales, los discapacitados, las mujeres, los desempleados…

Y esa ausencia tiene que ver “ con las complicidades y los silencios de los poderosos”.

A los “grandes ausentes” se los llama para la foto glamorosa, el mejor perfil para la apología mediática, aparece retratada la bella gente, rutilante, perfumada, cargada de joyas,  a la moda,  encuadrada en su mejor perfil, detrás la guardia pretoriana con anteojos negros de Cartier y jepeta rumbosa … preserva el orden.

Esa “memoria de los  ausentes”  llena la crónica escrita por  Vianco Martínez cuando denuncia el atropello en COPRESIDA de un funcionario con apetitos políticos trasnochados. Y coincide Vianco con Aura Celeste Fernández, que no en vano es una Simó cuando dice  que familias enteras ocupan oficinas  y detentan los privilegios y prebendas en la Junta Central Electoral.

Esas historias  abonan más material para narrarle a la opinión pública, que el nepotismo, el abuso y los privilegios que sin pudor usufructuan los funcionarios de la administración y sus familiares es esa mala práctica que describió Diario Libre el año pasado o que señaló con su gracia incisiva habitual el Coctelero (léase don Mario Alvarez Dugan) sin que a nadie de arriba se le ocurriera rectificar el error o por lo menos dar un explicación.

Porque no es descuido.  Es una práctica común, una patente de corso,  como ese derecho consuetudinario del medioevo que por derecho de siglos te lo permite todo.

Ese es el peligro. Indiferencia ante lo que es práctica común.

-Como lo hicieron los otros tengo inmunidad para repetirlo aunque sea ilegal-. Es grave que pase, pero más grave es que ni se mencione porque como una mancha de aceite se extiende, lo abarca todo, lo corrompe y  lo prostituye.

Es un dedo hincándose en esta llaga sangrante que somos  ocho millones de ciudadanos y ciudadanas dirigidos por un león sordo, una élite autista y codiciosa, y una corte de funcionarios ineptos, arrogantes, ambiciosos hasta el delirio subidos a un metro faraónico sin energía eléctrica y vociferando que hemos crecido un 11 %.

¿Un 11 % de qué? Como diría un adorable amante dominicano que tuve hace mucho tiempo atrás ¿pero es que te estás poniendo loco?.

“Memorias de un ausente” habla de los que no están…de otro país, de este país. De lo que quedó, de lo que nos dejaron, de lo que perdimos.

De lo que pudo ser…” 

En  Santo Domingo,  habla de lo que Susie Pola refiere cuando narra los estragos del nepotismo en Santiago, de lo que el  padre Rosales denuncia como lo cotidiano entre los adolescentes abandonados, de lo que el padre Linares reza en su homilía por los muchachos y muchachas de Don Bosco y la mentira de los fariseos, de lo que clama Andrés L. Mateo cuando nos declara del club de los pendejos, del cinismo o de las lecciones de Balaguer o ese carajo rotundo de Emiglio Galván cuando pregunta y escribe al ver los estragos de la niñez abandonada en las calles: ¿dónde carajo está CONANI?, o de lo que mendigan las religiosas de las ONG que practican la resiliencia y se llevan a una adolescente abusada  para salvarla de la inoperancia del organismo rector que en vez de protegerla la entrega indefensa a un cuartel de Villa Juana…

Paro de contar.  Me callo  o me pongo a cantar como María Elena Walsh:

 “Me dijeron que en el Reino del Revés

Nadie baila con los pies,

Que un ladrón es vigilante y otro es juez

Y que dos y dos son tres…”

Porque no nos engañemos la denuncia de Vianco Martinez es tan solo la punta del iceberg.  Una historia más  para sumar a las idénticas historias  que ocurren en los organismos que nosotros pagamos con nuestros impuestos.

Un punto más en este mapa cargado de atropello y cinismo en que se ha convertido el país.

¿Austistas, esquizofrénicos, megalómanos, arribistas, sordos?

Hoy me he despertado simplemente cansada y como en el ensayo de María Elena Walsh cuando le escribe a la Junta Militar argentina me digo y les digo : “No quiero subvertir nada, es que simplemente estoy cansada”.

Mi compatriota escribió hace ya treinta años: “Como aquella pobre modista negra llamada Rosa Lee Parks, encarcelada por haberse negado a cederle el asiento a un pasajero blanco en un autobús según obligaba la ley, la autora declararía a quien la acusara de sediciosa que simplemente no daba más de cansada y exhausta”.

Y me animo a apelar a ese nosotros de Pedro Mir  porque cansados y exhaustos estamos de este timo, de este fraude, de este gobierno autista, de estos murales con una historia oficial que simplemente cuenta la falacia que se gestó en junio de1996 cuando levantaron la mano de un don Juan Bosh perdido en el laberinto de la enfermedad al lado de su mayor verdugo.

Cuando por pragmáticos celebraron un pacto maldito que como dijo Andres l. Mateo impidió  que don Juan fuera  “la adorable sombra de lo que fue”.

Simplemente interpreto un cansancio colectivo, un hartazgo,  una extenuación de  ver a tanta gente valiosa  vejada.

Por los miles de desempleados calificados echados arbitrariamente,  por los profesionales con excelencia académica que son desterrados de instituciones donde han trabajado por más de quince años, donde los humillan y arrojan a la espera indigna de una pensión obligada porque no les quieren pagar el despido por ley de tan larga carrera,  cansados de que echen buenos cuadros intelectuales de la Cinemateca, de los distintos Consejos y las agencias,  hartos de que un arribista de la politica destruya toda la estructura de COPRESIDA  que es una labor de años llevada a cabo por gente comprometida, inteligente, preparada y con sensibilidad como el doctor Alberto Fiallo.

Estamos  requetecansados de que pongan ineptos y mediocres para decidir asuntos de trascendencia tan vital como el futuro de la niñez y que de un plumazo pulvericen alegremente una estructura pensada largamente por consultores internacionales y por las inteligencias más claras y activas del país sólo para acomodar al gusto del incumbente de turno,  un staff de pacotilla al que le resuelven el salario, la jepeta y el celular de los familiares y amigos  más cercanos.

Como Rosa Lee Parks o como María Elena Walsh me animo a emularlas y  proclamo que somos ocho millones de ciudadanos y ciudadanas que no somos revolucionarios  ni sediciosos, que solo estamos muy cansados y que la única aspiración legítima que tenemos es a la de vivir en paz, con dignidad y dejar de ser los “eternos ausentes”. 

Que estamos hartos de que nos tomen por sospechosos por querer pensar por nuestra cuenta, que queremos que nos dejen crecer y asumir la adultez. Y que si es cierto que la prioridad en la agenda del gobierno es el crecimiento y el  desarrollo de la familia dominicana deberían tener muy en cuenta que “ los tortuosos mecanismos que paralizan preventinamente la cultura sí contaminan y achatan a toda la familia social y no sólo le vedan   el acceso a … vicios poco recomendables para una familia”

Recomiendo leer en su versión completa: http://ensayistas.org/antologia/XX/mew3.htm.

Antología del Ensayo hispánico.

 Maria Elena Walsh “Desventuras en el país Jardin –de-infantes”

Pueden ver el video con la Historia de los ferrocarriles argentinos en:
http://www.argenpress.tv/aptv/video.asp?Numero=000008

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