Memorias, recuerdos y torturas imborrables en cárcel La 40

<P data-src=https://hoy.com.do/wp-content/uploads/2013/07/3762182C-0319-4434-8F54-36745D187626.jpeg?x22434 decoding=async data-eio-rwidth=386 data-eio-rheight=390><noscript><img
style=

Desde la época de Trujillo hasta hoy, los recuerdos de La 40, la cárcel ubicada en el sector de Cristo Rey y ahora espacio de una escuela y la iglesia San Pablo, son imborrables.

Ser un opositor al régimen entre el 1930 al 1961 era condenarse a la muerte. La mayoría de quienes lo hacían no se escapaban de los métodos antihumanistas empleados por los secuaces de Trujillo, quienes pretendían averiguar cualquier intento de conspiración planeado contra el tirano. 

Momentos desagradables, malas noches, dormir incómodos, estar desnudos y sufrir por los maltratos, eran algunas de las cosas padecidas por los mártires pertenecientes al Movimiento Revolucionario 14 de Junio.

El historiador Neido Nova cuenta que esa cárcel era un centro de terror y tortura para los opositores del régimen. “Otra cárcel similar es la cárcel de 9, estaba ubicada en la avenida Mella, del kilómetro 9”.

Trasladar a los presos dependía de los jefes de servicio en el centro penitenciario, por lo general el interés de hacerlo era un secreto. “La idea era enarbolar la democracia como sistema político pero todo el mundo sabía que era una dictadura en su práctica, basada en terror,  crimen y  destierro”, aclara.

“La cárcel la 40 fue expresión extrema de la represión, el abuso de poder, crueldad, control y represión social en la dictadura. El sector militar, los intelectuales, lo apoyaron”, expresa Jaquelin Álvarez, antropóloga e historiadora, refiriéndose a Trujillo.

Agrega que a ese lugar llevaban personas que de una forma u otra tenían inconformidad con el régimen. Con el Servicio de Inteligencia Militar, SIM, a través de todo el proceso de caliesaje y espionaje

“La silla eléctrica era el método de tortura más usado, para sacar la confesión. Todavía  se puede ver en el sótano (de lo que antes era una cárcel) las manchas ensangrentadas y  la marca de los tiros que se disparaban”, afirma Nova.

En la actualidad la silla original se encuentra en el Museo del Hombre Dominicano. El Museo de la Resistencia tiene una réplica. Además, estaba el tubo eléctrico usado en ese entonces para producir intenso dolor físico (lo aplicaban sobre todo en las mujeres, en su parte íntima).

Impacto de La 40. Según Nova, el impacto más grande que pudo dar La 40 fue luego del ajusticiamiento de Trujillo, cuando su familia abandonó el país, en noviembre de 1961, que comenzaron los testimonios.

Los consejos de estado de esos momentos no querían parecerse al déspota, aunque en el fondo eran similares, por esa razón permitían cierta libertad a los torturados para que  hablaran de lo que les ocurrió.

¿Qué pasó con la cárcel luego del régimen? Desde que desapareció el régimen, la cárcel no se usó, confirma el historiador.

Después de la muerte de Trujillo, la Organización de Estados Americanos (OEA) anunció a Balaguer que vendría y él ordenó la completa destrucción de La 40.

Sin embargo, el hecho de que no se volviera a usar la cárcel, no borra los recuerdos, desalientos y malos ratos de algunos de los sobrevivientes. No será fácil olvidar que en el sector de Cristo Rey ocurrieron grandes vejámenes.

Relatos de esa época. Rafael Valera Benítez cuenta en su libro “Complot develado” el momento que llegó al centro de Tortura La 40: “parecía una obra de alucinación Dantesca. En todo el patio de la prisión y sus diversas dependencias se torturaba del más diverso modo, en medio de un frenesí bestial en el que aparecían entremezclados, esbirros, hombres desnudos y esposados, dando alaridos y revolcándose como gallinas decapitadas”.

En la obra “Mi paso por La 40” Freddy Bonnelly habla de su experiencia: “Él es mi hermano y no está involucrado en esto. Sólo está enterado dijo Carlos Sully a Johnny Abbes y al resto de los caliés que estaban en la casa de tortura en el momento en que me entraban”. Esas palabras hacen palpitar el corazón de cualquiera.

Los fuertes corrientazos que recibía su hermano y su impresión al verlo sentado en la silla eléctrica fue terrible. En esos momentos sintió un frío que caló los huesos y pensó que la muerte era casi segura para ambos.

Otros hechos no pudieron ser contados, pues a algunas víctimas las visitó la muerte, faltarían palabras para definir lo ocurrido allí. Lo que queda de ese centro: un sótano oscuro con paredes ensangrentadas. Si cierras los ojos e imaginas todas las historias, podrías sentir el dolor de cada uno de los que estuvieron ahí, sin tener que asistir al lugar.

Recuerdos. “Cuando llegué al frente de La 40 me fijé en un letrero sobre la puerta que decía Villa Jacquelin. Su nombre se refería a la calle número 40, cerca de la avenida Máximo Gómez y La Cementera”, informa Bonelly en su escrito.

Francisco Manuel Cordero Gonzales perdió la cordura a causa de las torturas y lo asesinaron en La 40. Opositor al régimen desde la juventud democrática en Santiago.

Nova menciona que la mayoría de las relaciones diplomáticas rompieron con el régimen, casi al final de la dictadura, al enterarse.

Similitudes y diferencias de Balaguer y Trujillo. “La desaparición de  los jóvenes, los llamados enfrentamientos, haciendo creer un intercambio de disparos, el uso del látigo,  método del carbón, agarrar a las personas por dos extremidades, eran algunos métodos de la tortura policiaca en la época de Balaguer”, dice Nova.

Los presos eran políticos y exiliados, perseguían los jóvenes que eran llamados comunistas porque no simpatizaban con el régimen,  esa es una de las similitudes al gobierno de Trujillo, enfatiza.

Construcción de resistencia. La 40 fue un elemento importante para reconstruir la resistencia del pueblo dominicano a las acciones represivas de la dictadura. En ella se cometían los actos más extremos de tortura física, psicológica, donde se llevaban a los opositores del régimen y dependía de la magnitud de la infracción o sospecha que se tenía sobre esa persona pues se le sometía a un sinnúmero de torturas, sostiene Álvarez.

Tipos de torturas. Álvarez explica lo siguiente: Las torturas más clásicas eran utilizar la luz; no dejar dormir; arrancar las uñas; uso de electricidad para la tortura directa, en los testículos a los hombres, también usando agua, todo esto sucedía cuando se le hacia una pregunta y la persona no contestaba o no decía lo que los inquisidores querían.

Objetos recuperados. Añade, “uno de los objetos recuperados es la silla eléctrica, la tortura extrema, donde se colocaba a las personas, se introducía una descarga eléctrica para obtener información”. Muchos de los torturados no tenían nada en contra del régimen pero para que no siguieran torturando decían que sí y se auto infligían como opositores o conspiradores.

¿Por qué crear esa cárcel? Trujillo copio los modelos de cárceles de los sistemas fascistas en Europa.

Además el tirano fue una hechura del imperialismo estadounidense: por qué dónde aprendió de las torturas, los controles, la actitud autoritaria y centralizadora, precisamente en la academia de la Guardia Nacional, manifiesta.

El peor método, la silla eléctrica. La silla eléctrica era un sillón de roble forrado en los brazos, el asiento y la espalda con hoja de cobre, excelente conductor de la electricidad, a los presos le ponían correas en los brazos y los pies y la conectaban a un dispositivo que aumentaba el voltaje.

Este tipo de silla se usó para la aplicación de la pena capital. El 6 de agosto de 1890  Estados Unidos realizó la primera ejecución con este método.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas