2 de 2
La gente está creyendo que el Gobierno tiene una vara mágica y que los ingresos por concepto de impuestos son inagotables, cada día piden más, no hay freno a las solicitudes, porque los dirigentes de la nación, y en especial el Presidente, se excede en sus actitudes democráticas y lo que se necesita es energía, disciplina, orden, respeto y menos democracia.
Nos parece que el Estado democrático está actuando conforme a un análisis demasiado fluido y dinámico de la sociedad y el país no está aún ni siquiera próximo a asimilar esos conceptos, creo sinceramente que el Estado actual es excesivamente democrático cuando debería ser más abstracto.
No recuerdo bien quién decía que los procedimientos democráticos o se detienen en un punto o la democracia se transmuta en partenogénesis, esto es, en un proceso de segmentación sin fin.
Para evitar que la democracia llegue a ese proceso, es necesario dosificarla cuidadosamente, y evitar que por exceso la sociedad pierda su razón de ser y pierda el orden y la disciplina, y caiga en la anarquía, para justificar de esa manera los desmanes.
El poder no puede permitirse que la debilidad lo haga cargar con la servidumbre de ser un ejemplo de sumisión para la sociedad. Necesariamente tiene que ser fuerte, pero cauteloso, pero no miedoso, ser astuto y gobernar moralmente sin dejarse cuestionar.