Higüey.  La presencia de devotos de la Virgen de La Altagracia en la Basílica de Higüey fue menor ayer, según asiduos visitantes y comerciantes de los alrededores del templo,  que  atribuyeron la merma a la situación económica.

 Al celebrarse la misa principal de las 10:00 de la mañana, ya gran parte de los parqueos estaban vacíos. Mientras muchos vendedores  se quejaban de que gran parte de su mercancía se le quedaría en las manos.

Se celebra una misa la   noche  anterior, otra a las 5: 00  de la mañana, una a las 7: 00, la de las 10: 00 y otra a la una de la tarde que se oficia en creole para los cientos de creyentes haitianos que viajan desde su país y desde diversos puntos de este lado de la isla a adorar a su deidad.

Jhoana Lantigua, quien llega a la basílica cada año desde la provincia de Santo Domingo, narró que menos personas le acompañaban desde el sector Los Alcarrizos donde reside debido a que solo para el transporte debían pagar mil pesos cada uno, más la alimentación.

Lantigua estaba acompañada de alrededor de 50 personas en dos autobuses, quienes viajaron desde el día 20 en la noche.

 El motivo del peregrinaje era orar a la virgen por la paz en el país y por menos discriminación.

En tanto  José Taváres, vendedor de objetos religiosos que viajó desde la capital a probar suerte, dijo que no volvería, puesto que cerca del medio día sus ventas eran escasas y no compensaban los gastos.

En tanto, la devoción mariana  dejaba como huella basura y pestilencia de sus seguidores que hacían sus necesidades fisiológicas donde sea. Un fuerte olor a orina  inundaba la basílica.

Pero la situación era peor en los baños del templo, donde muchos  se bañaron e inundaron el piso,  y taparon los desagües con papeles y envases plásticos. Agua sucia  y  orina se mezclaban.

En los 35 baños móviles instalados por Salud Pública la suciedad era inmensa: pañales y papeles sucios, toallas sanitarias y otros desechos se acumulaban.