Menos vigilancia y más regulación para el comercio en la frontera

Menos vigilancia y más regulación para el comercio en la frontera

El intenso flujo de mercancías entre República Dominicana y Haití, y la importancia que implica para el desarrollo de ambas naciones el fortalecimiento de su intercambio comercial, constituyen razones suficientes para que esta remota zona sea motivo de interés tanto para los respectivos gobiernos como para organismos de cooperación internacional.

Tal es el caso del programa binacional “Fwontyè Nou – Nuestra Frontera”. Ejecutado por la Embajada de los Estados Unidos en República Dominicana y la Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF/FUPAD) con financiamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), este programa busca implementar un modelo de desarrollo sostenible a partir del empoderamiento de las comunidades fronterizas.

Mediante la ejecución de este proyecto, entre los años 2003 al 2008, se proporcionó asistencia técnica y capacitación para fortalecer a 45 grupos comunitarios en ambos lados de la frontera, beneficiando a más de cien mil personas a través de actividades de desarrollo agrícola, generación de empleo y ampliación de infraestructura y servicios sociales. 

Según explicó el embajador representante de la Organización de Estados Americanos (OEA) en el país, Paul Durand, este esfuerzo tuvo un impacto positivo. Creó un nuevo espíritu de cooperación fronteriza el cual ha generado mayor interés y dinamismo en la colaboración binacional.  “Además se fortaleció la sociedad civil para llevar a cabo proyectos conjuntos, fomentando  lazos de amistad y cooperación entre ambos países”.

Nancy Hoffman, directora Interina de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), asegura que la cooperación ofrecida en esta zona se ha enfocado, de manera general, en salud, agua y saneamiento, medio ambiente, agricultura y electricidad. “Nos sentimos orgullosos de los estudios ambientales y los proyectos pilotos implementados pues han sido las herramientas clave en el desarrollo de las comunidades fronterizas”.

Recuerda que tras el Huracán Georges la USAID a través de varias ONGs impactó igualmente esta zona en áreas de reactivación de la economía, agua y saneamiento. Asimismo trabajaron en la construcción y reparación de viviendas, escuelas y puentes. Además, financiaron la construcción de una hidroeléctrica en Dajabón y varios proyectos de electrificación rural, de reforestación y conservación de suelos en las diferentes comunidades de la región. En materia de salud materno-infantil el apoyo estuvo dirigido en  beneficio de  muchas familias en la zona fronteriza.

“Del lado Haitiano de la frontera, nuestra asistencia ha sido importante también. Hemos invertido para promover la estabilidad, aplicar reformas democráticas, construir las instituciones públicas y facilitar el acceso a los servicios para sus ciudadanos. Tal como en la RD, queremos ayudar a Haití a salir de su crisis para que sus ciudadanos puedan disfrutar de mejores niveles de vida tal como gozan gran parte de los países de América Latina y el Caribe”.

Regulación
Este tipo de apoyo pone en evidencia un criterio contundente, es mejor impulsar el desarrollo fornterizo por el camino del empoderamiento de la comunidad. Pero la realidad va por otro camino.

Es evidente que los pueblos fronterizos viven del comercio y mayor parte del comercio binacional se hace al margen de las leyes y regulaciones de ambos países. Sin embargo, los pasos  dados para comenzar a controlar el flujo de bienes en sus respectivos países, complican el comercio.

Según explica Daniel O’Neil, Representante en RD y director general del Proyecto Binacional “Fwontyè Nou – Nuestra Frontera”, este problema  se da en ambos países.

Del lado haitiano, se ve primero en la aplicación más rigurosa de sus tarifas aduaneras y en el embargo de productos que ellos consideran inseguros, como los avícolas. En tanto que del lado dominicano, explica, el Cuerpo Especializado de Seguridad Fronteriza (CESFRONT) ha incrementado de manera significativa la seguridad y ha reducido el flujo de personas y bienes. “Como resultado, el comercio transfronterizo ha disminuido de manera significativa para las economías.

Reto
Entiende que el reto que se aproxima es que los dos países discutan acerca de los beneficios mutuos del comercio con inspección de una manera transparente.

Al mismo tiempo, los dos lados deben comenzar a compartir información de manera más fluida para combatir el fraude y los flujos clandestinos. “La meta debe ser una frontera eficiente y controlada que permite ventajas económicas para el comercio entre los dos países”.

“Un problema común en la zona fronteriza es que los miembros se están haciendo viejos. Sus hijos se mudan y los haitianos  están listos para instalarse en estos lugares, Si RD quiere que estos pueblos permanezcan como dominicanos, deben animar a que las personas vivan allí”.

La cifra

600 millones de Dólares al año se  estima  es el registro del comercio con Haití.  El nivel de sub registro del comercio informal llega a ser cercano al 50%. Es un  mercado de bienes nacionales, por lo que el impacto  beneficia a la población.

Para regular el comercio

Con el interés de hacer un aporte para el impulso de la institucionalidad en el intercambio comercial, la  Fundación Panamericana para el Desarrollo (PADF/FUPAD), realizó un estudio sobre la Estructura jurídica formal que regula el comercio de bienes de la RD con Haití.

Este estudio nace por la necesidad de información clara sobre las reglas de juego y busca contribuir para incrementar la transparencia y reducir la vulnerabilidad jurídica. Consta de nueve capítulos: informe conclusivo o resumen ejecutivo, metodología, comercio exterior, exportación, importación, tránsito y otros flujos comerciales.

La multiplicidad de sectores económicos que se están viendo beneficiados por el comercio es amplio y la potencialidad de encontrar oportunidades en el mercado haitiano es cada vez más interesante. Por eso es prioritario conocer las reglas que regulan el comercio con Haití, identificar los factores que disminuyen el incremento de los flujos comerciales y establecer con claridad cuáles son los mecanismos para que quién desee explorar posibilidades en el mercado del vecino país, cuente con las herramientas necesarias para hacerlo.

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