Con el respeto y la admiración que usted me merece quisiera en las siguientes líneas luego de saludarle y felicitarle públicamente por su labor al frente de la fiscalía del Distrito Nacional. me permitiré el atrevimiento de darle un consejo que quizás usted no necesite.
Querida Yeni Berenice, quiero pedirle encarecidamente que no apele la decisión del Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional que libera de cargos a los dirigentes políticos y de transporte Arsenio Quevedo y a Ericsson de los Santos Solís, en el caso de sicariato que se le seguía a los mismos. No apele esa sentencia, admita junto a la sociedad y los familiares de las víctimas la derrota.
Honorable magistrada, la decisión evacuada por ese tribunal ratifica la creencia de que usted ha estado en lo correcto cuando ha expresado públicamente su parecer sobre la situación de la justicia dominicana. Esa sentencia magistrada no soporta el más ligero análisis jurídico y pasará a la historia como una más de las sentencias políticas.
Apelar esa sentencia legitimará el proceso en que se orquestó una sinfónica de intereses que escapan al marco jurídico y al espíritu de la aplicación de justicia, esta sentencia pone una vez más en evidencia el secuestro que vive nuestro sistema judicial, así que no pierda su tiempo apelando ese adefesio.
¿Para qué apelar una sentencia que tenía un fallo anticipado? No magistrada. yo le aconsejo que se concentre en otras cosas. en este caso usted hizo su papel, pero la decisión no era jurídica; presérvese querida magistrada pues usted ha jugado un papel importante en el proceso de adecentamiento del sistema, pero entendemos que la decisión de este caso escapa a las juezas que firman la sentencia en cuestión.
Un país con tan altos niveles de corrupción e impunidad, donde la falta de institucionalidad es la orden del día y donde no hay una línea clara que divida los poderes del Estado es imposible imaginar que pueda haber justicia, personas como usted son solo un problema y que bueno que contamos con mujeres valientes capaces de enfrentar poderes como los que respaldan a estos señores que hoy una sentencia viste de inocencia.
Gracias magistrada por este ejercicio de valor que usted ha hecho en este caso, pero ya nos venció la corrupción, venció la política por sobre la ley.