Mensaje de la Editora

Mensaje de la Editora

“Todos quieren cambiar al mundo, pero nadie piensa en cambiarse
a sí mismo”
León Tolstoi

Cuando de opinar se trata, no importa el tema, todos queremos tener la razón. Escuchar al otro es casi una verdadera utopía que se viste de contradicción frente a un mundo que se ufana en la comunicación.

Y ciertamente, actualmente tenemos más posibilidades tecnológicas para comunicarnos, y  paradójicamente, nos encontramos menos comunicados.  La respuesta está en el ego que se ensancha y multiplica dentro de nosotros haciéndonos creer a nosotros mismos que somos lo mejor del mundo, invencibles, absolutos, correctos y eternos.  Sin darnos cuenta, nos vamos convirtiendo en seres egoístas, egocéntricos y verdaderos representantes de la arrogancia, que exhibimos como carta de presentación de nuestro poder económico y/o social.  Lejos está, por supuesto, la paciencia para escuchar los reclamos del otro, sus argumentos contrapuestos con los nuestros, y permitirnos la posibilidad de dudar de nuestra perfección.  «Lo que no está con nosotros, está en contra de nosotros». Ese es el lema de la sociedad de hoy.

Y es que la humildad no es muy popular en estos días.  Al contrario de la opinión popular, la humildad no expresa debilidad ni pasividad.  Desde un punto de vista bíblico, es fuerza disciplinada y poder al servicio de otros. Sin embargo, el problema con la virtud de la humildad  es que se pierde en cuanto uno cree que la alcanzó. Un mismo ser humano no puede ser humilde y arrogante a la vez. O se es humilde, o se es arrogante. Y es aquí donde entra la coherencia a tomar parte. Y es aquí donde la integridad escasea y la altanería prevalece.  En este tiempo electoral hay mucho de terquedad entre todos los que trabajan para un mismo fin. Si bien es bueno apoyar a quien nos gusta, eso no justifica descalificar al que no nos gusta tanto.

Dentro de pocos días el pueblo dominicano celebrará sus elecciones. Es pues el tiempo de elegir. Una acción que se hace difícil ante la cantidad de ofertas y la escasez de fe que tiene la gente. Sin embargo, es fácil hacer acopio de lo más cercano que tengamos a nuestros líderes del modelo de Cristo. Es simplemente tratar de dejar de pensar en lo que «me conviene» para pensar en lo que «nos conviene». Es el tiempo de entender que nuestras decisiones aisladas conforman la decisión final del destino de nuestro país. Así que necesitamos meditar para seleccionar, orar para tener sabiduría en la elección y actuar acorde a nuestros principios. Pero sobre todo, entender que la vida nacional no acaba ni empieza con un cambio de gobierno. Que los ciudadanos de un país libre y democrático deben continuar sembrando con su trabajo y su entrega, el destino de la patria independientemente del color del partido que esté en el poder. La unidad del pueblo para conseguir lo mismo que proclaman las diferentes opciones de poder, es pues vital. Si todos trabajamos para un mismo fin, seremos como un manantial que pronto se convertirá en caudaloso río con continuo movimiento y vida hasta formar un gran lago, un inmenso mar o un inconmensurable océano. Esa es la fuerza de la unión. Algo tan conocido que parece absurdo no poder lograrlo. Empecemos.

Nuestra portada y páginas centrales están dedicadas a presentar a nuestros lectores las opciones de nuestros partidos para escoger el candidato de su preferencia en las próximas elecciones del 16 de mayo. «El futuro en las urnas. ¿Por quién votar?» es el título de este reportaje que les lleva de una forma refrescante por una síntesis muy humana de todos los candidatos que optan por la presidencia de la República para los próximos cuatro años.  Pero además, nuestro contenido está repleto de interesante y variada información, mientras les presentamos un recorrido gráfico por las principales actividades sociales de la quincena.

Hasta la próxima y que Dios les bendiga,

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