Mensaje de la editora

Mensaje de la editora

“Sólo hay una religión, la del amor”
                                         Brian Weiss 

Siempre me han molestado mucho las rivalidades religiosas. Ese altanero enfoque de que sólo nosotros tenemos la verdad y que la religión que profesamos es la verdadera. Siempre he creído que lo importante es saber que somos seres espirituales, y en consecuencia, demostrarlo creciendo en la fe que profesamos y en las actitudes que hablan de esa fe.

Porque todos tenemos a Dios en nuestro interior, no importa si nos haya tocado ser un devoto creyente o un indígena perdido en la más lejana jungla donde nunca ha oído hablar de nuestro Dios, ni mucho menos, haya pisado un templo. Dios está en nuestro interior y lo descubrimos dondequiera que estemos y bajo cualquier entorno social, porque “Dios no tiene religión. En el fondo del corazón, todos lo sabemos. Dios no tiene raza. Dios lo es todo, una energía de amor que posee una sabiduría y un poder incomprensibles, además de cualidades incognoscibles. Todos estamos comprendidos en Dios, porque El está en todos y cada uno de nosotros, es la sustancia de nuestro ser.”  Hacer el bien y crecer interiormente en el amor, es el camino común a todos los que buscan la trascendencia. No importa si escogemos el camino largo y tortuoso o uno lleno de flores, otros eligen el de lodo y caliche, una autopista amplia, o irse en helicóptero o avión, pero todos vamos hacia el mismo destino: la comunión con Dios, nuestro Creador y Padre. Entonces, no entiendo por qué las rencillas, por qué los celos y hasta el rechazo, entre los llamados cristianos. Es el tiempo de la unión, el tiempo del perdón, el tiempo de revestirnos de amor, para, como fuerte ejercito de Dios, vencer al ejército del mal que por supuesto, tiene como principal objetivo dividirnos. Si alabamos al mismo Dios, ¿qué importa en que lugar lo hagamos? Si nos comportamos según sus mandatos, ¿por qué la recriminación por no ostentar un título de “católico”, “protestante” o  “evángelico”.  Al fin y al cabo son sólo títulos, y lo que importa realmente son nuestras acciones, nuestro hacer, no sólo nuestro creer. Porque no se trata de religión, se trata de relación con Dios. Y todos somos hermanos. Y esta afirmación no debe quedar en el vacío, sino que tiene que nacer en nuestro interior, en nuestro corazón.  Brian Weiss lo dice de forma clara en su libro “Los mensajes de los sabios”, cuando afirma: “Durante incalculables siglos y milenios, Dios y la religión han sido malinterpretados, distorsionados y manipulados conscientemente en manos de la humanidad. El nombre de Dios, quizás el símbolo más claro de la paz, el amor y la compasión, se ha invocado como justificación de innumerables guerras, asesinatos y genocidios. Todavía hoy, cuando está naciendo el siglo XXI, las guerras “santas” contaminan nuestro planeta como una plaga medieval. ¿Cómo puede ser santa una guerra? Eso es una contradicción, un pecado absoluto, disfrazado superficialmente por una racionalización manipuladora.  Dios es paz; Dios es amor. Nos hemos olvidado de que, puesto que hemos sido creados a imagen divina, Dios está en nuestros corazones y somos criaturas de paz, seres de amor y divinidad. Sólo puede haber una religión, porque sólo hay un Dios, el Dios de todos nosotros. Tenemos que amarnos los unos a los otros porque el amor es el camino.”  Y  yo creo en ello, porque es el mensaje que nos trajo Jesús y el que encontramos en cada rincón de su Palabra. Así que empecemos este nuevo año siendo más tolerantes, más amorosos, dejando fuera la crítica, los miedos y temores, el egoísmo y la amargura. A desprendernos del orgullo, del ego, de la rabia, de la culpa, de la vanidad y de la ambición. Les invito a dejar atrás las ataduras de los dogmas, los juicios apresurados, y decidirse por ser más espiritual, dedicar más tiempo a orar, a dar, a ayudar a los demás, a amar, en fin, a ser mejores seres humanos.

En nuestra portada y entrevista central, podrá deleitarse con los mensajes llenos de amor y sabiduría de Brian Weiss, destacado psiquiatra y autor de libros que recogen sus conceptos espirituales y  “la experiencia sanadora de los recuerdos”. Ustedes podrán o no estar de acuerdo con sus propuestas o con algunos de sus conceptos sobre la inmortalidad o la reencarnación, pero lo que no podrán refutar es su mensaje sobre el amor, el perdón y la paz. Disfruten pues, de este recorrido por sus experiencias.

Hasta la próxima y que Dios les bendiga.

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