Mensaje de la Editora

<P>Mensaje de la Editora</P>

«Lo que el mundo necesita son ejemplos y no opiniones»
 Las Valquirias, P. Coelho
Es innegable el inmenso poder de las palabras. Pero solo cuando a través de ellas se produce la acción de aquello que pronunciamos.  Cuando no es así, son simples letras muertas, sonido imperceptible y hueco, o ruido sin sentido.

Y a pesar de saberlo, gastamos millones de palabras cada minuto de nuestras vidas para prometer, alentar, proclamar, alabar, perdonar, ofender, exaltar, juzgar, y mentir.  No importa la vehemencia y parafernalia que los acompañen, los discursos con derroche de promesas o consejos de nada valen si no se consigue hacerlos realidad en nuestra vida, haciendo valer el refrán que apunta que «una acción vale más que mil palabras», o aquel que reza que «Obras son amores y no buenas razones».

 Porque ciertamente de nada valen las palabras que se quedan como tales y no consiguen el resultado del poder para lo que fueron diseñadas.  Desde la creación del mundo se ha usado la palabra para crear. Dios creó cada cosa usando el poder de su palabra: «Hágase la luz» y la luz se hizo. Y así sucesivamente hasta completar todo lo creado, enseñándonos a usarla como forma de lograr aquello que realmente queremos, con fe. 

 Sin embargo, a través de los tiempos, la palabra ha sido y sigue siendo mal usada. Desfigurada, alterada, equivocada, inunda los oídos de las sociedades a través de sus discursos tan variados como falsos. La política sin dudas, ha sido la que más ha utilizado este recurso y sus líderes se esfuerzan en mantener a sus seguidores sordos de discursos repletos de promesas y ausentes de ejemplos vivos. Porque aún no acaban de entender que una vida transparente, diáfana, impecable y ejemplar, atrae más adeptos que varios mítines multitudinarios.  Pero aún más, cuando la palabra es usada de forma equivocada, se corre el riesgo de regar semillas maltrechas y vacías.

Así que si usted no es lo que proclama ser, asume la responsabilidad del descredito y en adición, el camino equivocado que toman otros que supuestamente creen en usted.  Porque la incoherencia es un mal que abunda actualmente con descaro y tolerancia. Precisamente en este tiempo de Semana Santa, muchos se disfrazan de santos y ayunan y proclaman a otros prudencia y sosiego en este tiempo de reflexión, mientras en sus vidas privadas se llenan de desenfreno.

Que la incoherencia no sea tu estilo de vida. Que podamos ser transparentes para que lo que predicamos, seamos. Es lo que quisiera depositar en el corazón de mis lectores en esta Semana Mayor para que les sirva de reflexión y para ello, comparto con ustedes este trozo de la Biblia, tomado del versículo 58 del libro de Isaías:

El verdadero ayuno

«Porque día tras día me buscan y desean conocer mis caminos, como si fueran una nación que practicara la justicia, como si no hubieran abandonado mis mandamientos. Me piden decisiones justas, y desean acercarse a mí y hasta me reclaman: «¿Para qué ayunamos, si no lo tomas en cuenta? ¿Para qué nos afligimos si Tú no lo notas?»

Pero el día en que ustedes ayunan, hacen negocios y explotan a sus obreros. Ustedes solo ayunan para pelear y reñir, y darse puñetazos a mansalva.  Si quieren que el cielo atienda sus ruegos, ¡ayunen pero no como ahora lo hacen!!

¿Acaso el ayuno que he escogido es solo un día para que el hombre se mortifique?¿Y solo para que incline la cabeza como un junco, haga duelo y se cubra de ceniza? ¿A eso llaman ustedes ayuno  y el día aceptable al Señor? El ayuno que he escogido ¿no es más bien romper las cadenas de la injusticia y desatar las correas del yugo, poner en libertad a los oprimidos y romper toda atadura? ¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento, y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo, y no dejar de lado a tus semejantes?

Si así procedes, tu luz despuntará como la aurora y al instante llegará tu sanidad; tu justicia te abrirá el camino y la gloria del Señor te seguirá.  Llamarás y el Señor responderá; pedirás ayuda y El dirá: «¡Aquí estoy!».

En esta edición especial de Semana Santa, disfrutarán en nuestra portada y entrevista central, la historia de vida de David Collado, un verdadero  «guerrero inagotable en la caza de sus sueños». Joven, emprendedor, político, empresario, soñador y hacedor de lo que cree. Pero además, variados e interesantes reportajes los llevarán por un recorrido a través de la moda, la gastronomía, la belleza y las actividades sociales más impactantes de la quincena.

Que disfruten estos días de asueto en sana diversión y paz, para volvernos a encontrar en nuestra próxima edición.

Que Dios les bendiga.

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