Mensaje de la editora

Mensaje de la editora

“Somos una manifestación del pensamiento de Dios. Él espera que nuestra vida sea digna de ello».  
                                             –
Paulo Coelho – 

Cuando llegamos a descubrir esta verdad, a convencernos de esta realidad, todo cambia en nuestra vida.  Nos sentimos con la necesidad de ser mejores personas, nos impulsa desde dentro un irreprimible deseo de hacer el bien, de compartir, de regalar alegrías y sonrisas, de expresar el gozo de la vida. 

Este aparente “estado de embriaguez espiritual” lo vivimos con frecuencia en esta especial época del año: la Navidad. Y tiene sentido, porque ciertamente celebramos el nacimiento de Jesús, el hijo de Dios, quien vino a enseñarnos cómo vivir en el amor.  Sin embargo, más de dos mil años no han sido suficientes para aprender. Y seguimos “quemándonos” en las materias básicas de la vida en común. Aún tenemos malas notas en aquellas actitudes que parecen parte de la rutina de la vida de hoy, como es el quejarse continuamente, irrumpir en ira por cualquier cosa, insultar al otro por lo más sencillo y banal, ofender,  agredir –física o verbalmente-, corromper o dejarnos corromper, asumiendo una “nueva moral” adaptada a nuestras necesidades. Pero ya es tiempo de que dejemos de “sentir” para empezar a “hacer”. El amor del que hablamos no es una emoción, es una acción, una actitud, una decisión. Hemos pues de asumirlo como el gran reto de  nuestras vidas porque todo nos indica que en la cíclica evolución de nuestra existencia, la humanidad ha llegado al borde de los excesos. Las guerras, la violencia, el terrorismo, el maltrato, las drogas, el aborto y la corrupción, son ejemplos que simplemente nos revelan que tenemos que detenernos. Y por su parte, la naturaleza también habla, a través de tsunamis, huracanes, inundaciones, terremotos, en fin, un verdadero clamor desde el fondo de la tierra de que paremos.  El camino del amor está disponible para todos. No se cobra peaje ni pasaje. Es gratis. Y es absolutamente real. Sólo tienes que decidirte a reconciliarte con tu yo interior, el verdadero yo: tu alma. Ese ser espiritual que somos todos y que nos hace hijos de Dios con todas sus prerrogativas, está a la distancia de una decisión personal. Y cuando lo descubrimos, el gozo llena tu alma, la maldad no puede tocarnos y la paz se apodera de tu vida para regarse, como aroma de esperanza, en todos tus entornos.  Y es que “el amor y la compasión son los antídotos contre el odio y la rabia. La violencia sólo sirve para perpetuar el sufrimiento.” Con esta verdad en nuestra mente y espíritu, decídase a cambiar el odio por la comprensión, el resentimiento por el perdón, la indiferencia por la ternura, la rutina por la ilusión. Y por supuesto, empiece hoy, en esta Navidad. Atrévase a hablar en voz alta y potente en su cena familiar de Nochebuena, a toda su familia sobre el regalo del amor. No tema que juzguen sus palabras o alteren el ritmo de alegría del momento. Sus sencillas palabras serán recordadas toda la vida. Porque el tiempo del agradecimiento ha llegado y esa noche especial es propicia para agradecer a Dios por todo lo que nos ha regalado, en especial, cuando hace más dos mil años nos dio el mayor regalo de todos: a su propio hijo, Jesús, para que nosotros pudiésemos acceder a la vida gloriosa de vivir en el amor. 

Disfruten pues, de esta edición especial Navidad 2005, que les presenta en su portada y entrevista central, a una familia símbolo del amor y la unión: Los Rainieri, titanes invencibles en el camino del éxito. Además, interesantes reportajes y las actividades más relevantes de esta festiva época del año, conforman un contenido que estamos seguros disfrutarán a plenitud.

Finalmente, comparto con todos nuestros queridos lectores, esta reflexión de Navidad, deseándoles paz y bienestar a todos los hogares dominicanos. 

Si tienes tristeza, ¡alégrate!
La Navidad es GOZO.
Si tienes enemigos, ¡reconcíliate!
La Navidad es PAZ.
Si tienes amigos, ¡búscalos!
La Navidad es ENCUENTRO.
Si tienes pobres a tu lado, ¡ayúdalos!
La Navidad es DAR.
Si tienes orgullosa soberbia, ¡sepúltala!
La Navidad es HUMILDAD.
Si tienes deudas, ¡págalas!
La Navidad es JUSTICIA.
Si tienes maldad y pecado, ¡arrepiéntete y cambia!
La Navidad es CONVERSIÓN Y GRACIA.
Si tienes tinieblas, ¡enciende un farol!
La Navidad es LUZ.
Si tienes resentimientos, ¡olvídalos!
La Navidad es PERDÓN.
LA NAVIDAD ES AMOR.

¡Feliz Navidad y próspero y venturoso 2006!

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