Mensaje de la Editora

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El mundo se siente abatido por una crisis que amenaza y preludia un desplome financiero de consecuencias alarmantes. Y por supuesto, aunque aparentemente no nos toque de momento, las personas se asustan, mucho más, aquellas que tienen mucho, y en consecuencia, tienen mucho que perder. 

 Se aleja entonces la esperanza de la prosperidad con que sueñan los más desprovistos de oportunidades y se oscurece de momento el cielo con nubarrones de precariedad y limitaciones.  Sin embargo, la prosperidad es un término que usamos sin conocimiento, asociándolo únicamente al dinero. No obstante, esta palabra da cabida a muchas cosas, como por ejemplo tiempo, amor, éxito, comodidad, belleza, conocimiento, relaciones, salud, y ciertamente, dinero. Todo ello, en conjunto, nos permite poseerla, y más que nada, aceptarla como un regalo que nos llega de la vida y de Dios, como contrapartida a  nuestras acciones.  Muchos piensan que lo tienen todo y cuando una pequeña crisis los amenaza, se dan cuenta de cuán frágil se comportan las riquezas  materiales. Y es que, tal y como afirma Proverbios 11, 28 «El que confía en sus riquezas se marchita, pero el justo se renueva como el follaje». 

Y nos preguntamos entonces ¿quiénes son los justos? Simplemente aquellos que confían plenamente en las promesas de Dios. Promesas de prosperidad y no de necesidad. Así que no importa cómo luzca el panorama mundial, nosotros debemos confiar y creer que todo marchará bien. Porque ciertamente el dinero no es la respuesta, aun cuando muchas personas piensen que si tuvieran mucho dinero todo iría muy bien porque tendrían menos problemas y preocupaciones. Pero el dinero en realidad no es la respuesta. Algunas personas tienen más dinero del que jamás van a necesitar, y sin embargo, no logran ser felices. Por lo tanto, acuna para ti la sabiduría de Proverbios 15. 16 que dice: «Más vale tener poco con temor del Señor, que muchas riquezas con grandes angustias». La respuesta por tanto, está en la fe. En la confianza plena de estar bajo la protección de nuestro Padre Celestial. Por supuesto, trabajando lo mejor posible, con pasión y calidad, con entusiasmo y coherencia. Los resultados no tardarán en verse, porque el Universo nos devuelve con creces grandes regalos. Regalos que a veces pasan desapercibidos y no logramos agradecer. Por lo tanto, debemos empezar a hacerlo, sintiendo que los merecemos. Porque recibir y agradecer es algo que pocas veces hacemos con conciencia. Cada día, cada minuto de nuestra vida, está lleno de regalos que debemos agradecer. Así como cada día y cada minuto de nuestra existencia, tenemos igualmente miles de oportunidades de dar a otros, no necesariamente dinero, pero sí tiempo, alegrías, cariño, apoyo, compañía y amor. Dar y recibir, son acciones que tenemos que aprender. Pero no como un intercambio, de «si te doy, tú me das», o «si me das, yo te devuelvo», sino como una acción automática de regocijo interior. Debemos aprender a recibir dando las gracias. Como dice Louise L. Hay en su libro «El Poder está dentro de ti»: «Aprende a aceptar, porque el Universo nota nuestra apertura y nuestra disposición para recibir no como un simple intercambio de prosperidad.» Por lo tanto, tenemos que ser agradecidos con lo que tenemos para así poder atraer más bienes. Si nos centramos en la carencia, atraeremos más carencia. Es una ley que no falla. Por lo tanto, si usted tiene problemas de dinero, aprenda a crear dinero en la conciencia. Porque como afirma Louise Hay en el libro antes mencionado: «Tu conciencia es la mejor cuenta bancaria que puedes tener. Cuando deposites en ella pensamientos valiosos, cosecharás enormes dividendos». Y la prosperidad, en su esencia más profunda, les acompañará siempre, no importa lo negativas que puedan ser las supuestas realidades que nos circundan, porque las promesas de Dios son claras, precisas y contundentes: «A los que me aman, les doy su parte: lleno sus casas de tesoros.» (Proverbios 8, 21)

En nuestra portada y entrevista central, disfrutarán del carisma y el encanto especial de Alessandra Rampolla, bien llamada «La doctora amor», por sus directos consejos sobre sexualidad y técnicas para mantener vivo el amor y la pasión en las parejas. Pero además, disfruten de interesantes y variados reportajes y las actividades sociales más relevantes de la quincena, en una edición sin desperdicios, hecha especialmente para su deleite.

Hasta la próxima y que Dios les bendiga,

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