La música, como todas las cosas, fue creada por Dios para ambientar su obra con sonidos sublimes. Los instrumentos musicales se conjugan de forma mágicamente armoniosa para producir sinfonías únicas que permiten descansar el alma, y llevar nuestras emociones al climax de la plenitud.
La llamada buena música produce una infinidad de sensaciones, que van desde la nostalgia, la tristeza, el éxtasis o la alegría. Pero siempre, dejan el sabor sutil de lo indescriptible. Sin embargo, no toda la música nos produce estos efectos ni tan sublimes beneficios. Porque la música, al igual que todo, ha sufrido transformaciones para adaptarlas la los tiempos y siendo estos tiempos el refl ejo de ella, sin dudas vivimos en una sociedad caótica. Si bien es cierto que existen varios tipos de música para todos los gustos y edades, pienso que algunas de estas novedades musicales nada bueno aportan, ni al espíritu, ni al sonido, ni mucho menos a la cultura musical.
Mucha de esta música despierta las actitudes y sentidos más abominables de nuestro ser, ensordece no solo los oídos, sino también el alma. Y en vias de la modernidad, han quedado relegadas las sinfonías llamadas clásicas que ambientan tan solo los consultorios o restaurantes. Sin embargo, la modernidad no escapa de lograr conjugar don y dominio con exquisitez y talento. Hoy podemos escuchar una nueva oleada de música que llena los sentidos, provocando sensaciones de paz, de solidaridad, de alegría y gozo, de armonía y de explosión de amor. Porque como dice Coelho, En las manos de cada persona Dios colocó un don: el instrumento que El usa para manifestarse al mundo y ayudar a la humanidad. Los músicos tienen ese don y ese encargo. Y muchos están haciendo su misión de forma magistral. Juan Luis Guerra, Juanes, Diego Torres, por decir algunos en el ámbito popular, y muchos otros en el marco orquestal, están cargando el mundo con sobredósis de belleza musical.
Porque la música es tan vital en nuestras vidas como respirar. Es ella la que pone ritmo y cadencia a nuestra vida. En algunos casos con una balada romántica que nos traslada a la nostalgia; en otras con la sabrosa cadencia de una bachata o la alegría contagiosa de un merengue. Pero en otros estadios, otros niveles de conciencia o de ánimo, escuchar a los grandes maestros de la música clásica, es como comprar un pasaje por el mundo maravilloso de los sueños y añoranzas, de la fantasía o la magia. Aprendamos a transitar los diferentes estilos de la música, y hagamos el esfuerzo de introducir a nuestros hijos a este mundo maravilloso. Un mundo que rechazan porque no conocen.
Porque solo han sorbido los néctares acelerados de la música de su tiempo, sin compartir la experiencia de la diversidad. Decídase a incorporar este regalo de Dios a sus vidas. Ponga música a su vida y deléitese con la extraordinaria creación de Dios.
Porque una vida armoniosamente vivida, es una vida que se dirige al Padre a través de la sinfonía de la vida.
En nuestra portada y entrevista central, compartimos una rica entrevista con YANNI, un artista de dimensión mundial que ha encontrado en la música su misión de vida, aportando una nueva forma de sentir el gozo de la plenitud, a través del talento musical y la libertad emocional.
Disfrute de esta entrevista exclusiva antes de disfrutarlo en persona el próximo fin de semana en Altos de Chavón. Pero además, en esta edición podrá encontrar interesantes reportajes y secciones de interés general, y un selecto recorrido por las actividades sociales más importantes de la quincena.
Hasta la próxima y que Dios les bendiga,