Iniciamos un nuevo año y es esta nuestra primera entrega. Para muchos las fiestas terminaron, las celebraciones pasaron y por demás, iniciamos casi siempre un nuevo año con resaca física o moral, con preocupaciones por lo que nos deparará y con notoria lentitud, como si la pesadez de todo un año aun nos acompañara. Y es justo el inicio de un año de promesas, el tiempo de celebrar, porque celebrar es un acto de expresión incontenible de alegría interior, cuando el corazón se ensancha tanto, que no cabe la dicha dentro de nosotros.
Y algunos se reguntarán, ¿qué dicha? ¿Qué alegría, si por el contrario le acompaña una oscura sensación de incertidumbre?
Sencillamente porque no se han detenido a mirar en su interior, a su derredor. Si lo hacen, hay muchos más motivos para celebrar que unas fiestas llena de bullicio externo. Porque continuamente tenemos que celebrar la vida, los dones maravillosos que nos regala nuestro Padre Celestial, las bondades con que nos premia día a día, minuto a minuto, de nuestra a veces agobiante cotidianidad, los talentos con los que podemos alcanzar nuestros sueños, la dicha de disfrutar de nuestros hijos y nietos en salud emocional y física, la dicha de contar con un trabajo estable, con un esposo amoroso, con un novio o novia a quien podemos amar y ser amados, la dicha de tener una familia, un techo, un abrigo, un hombro en quien apoyarnos, amigos que nos escuchan y comprenden, un país lleno de bendiciones y encantos y un Padre que es Rey del Universo y que nos ama infinitamente.
¿Acaso no hay mucho por lo cual celebrar? A veces nos dejamos arrastrar por el pesimismo, dándole más importancia a hechos aislados que nos resultan penosos o desagradables y olvidamos todas las cosas que poseemos y que nos dan felicidad. Pero hoy es el día en que yo los convoco a recuperar la cordura, ubicando cada cosa en su lugar. Priorizando lo verdaderamente importante, agradeciendo con alegría, hasta por las cosas no tan buenas que nos sucedieron porque nos ayudaron a crecer.
Si no lo hizo antes, es el tiempo de brindar por nosotros, por nuestra vida, nuestro país y nuestro futuro. Encendamos la luz de la esperanza en cada hogar dominicano y convoquemos la paz y la armonía en nuestras vidas, nuestro trabajo y nuestros hogares. «Trabajar con pasión, construir con amor.»
¡Ese es nuestro lema para el 2009! Ocultemos los nubarrones de tormentas y adornemos este naciente año con días brillantes y la luminosidad de arcoiris de prosperidad y abundancia. Que Dios sea el centro de sus vidas, el socio mayoritario de sus planes, el abogado de sus causas y el guía de su viaje por la vida, para que la felicidad plena, la paz y la prosperidad, los acompañen en este nuevo año.
Y si le parece demasiado lo que le deseamos, simplemente acompañe cada día de su vida con una oración como esta, que me permito compartir con ustedes, tomada del libro «Como el río que fluye» de Paulo Coelho:
«Señor, protege nuestros sueños, porque el sueño es una forma de rezar. Haz que, independientemente de nuestra edad o circunstancias, seamos capaces de antener encendida en el corazón la llama sagrada de la esperanza y la perseverancia y, para que eso sea posible, Señor, danos siempre entusiasmo, porque el entusiasmo es una forma de rezar.
Es lo que nos vincula con el cielo y la tierra, con los hombres y los niños, y nos dice que el deseo es importante y merece nuestro esfuerzo. Es lo que nos dice que todo es posible, siempre que estemos totalmente comprometidos con lo que hacemos, y para que eso sea posible, Señor, protégenos, porque la vida es la única forma que tenemos de manifestar tu milagro.
Que la tierra siga transformando la semilla en trigo, que sigamos transmutando el trigo en pan. Y eso sólo es posible si tenemos Amor: por lo tanto, nunca nos dejes en la soledad.
Danos siempre tu compañía y la compañía de los hombres y mujeres que abrigan dudas, actúan, sueñan, se entusiasman y viven como si todos los días estuvieran totalmente dedicados a tu gloria.»
En nuestra Portada y Entrevista Central, disfrutarán de una verdadera historia de amor en «El Amor en su tiempo de Plata», con sus protagonistas:
Cuchita y Manuel Alejandro Grullón, quienes al cumplir sus Bodas de Plata, comparten con nosotros el resumen de su trayecto por la alegría y satisfacción de formar una bella familia. Pero además, disfrutarán de reportajes diversos y nuestro acostumbrado recorrido por las actividades sociales más relevantes.
Hasta la próxima y que Dios les bendiga.