Mensaje de la Editora

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¿El siglo de la Mujer?  Es una pregunta que sigue sin respuesta, porque quizás nunca debió ser planteada.  Y es que las mujeres hoy día no estamos conquistando espacios. Estamos recuperando nuestro lugar en el mundo.  Somos criaturas de Dios. El nos ama infinitamente.

No nos ama menos  que a los hombres, ni de diferente manera. El ama por igual al género humano. Así que la igualdad de género no es cuestión de batallas ganadas por las mujeres o concesiones otorgadas por los hombres.  Es un derecho inalienable que nos atañe como seres creados por Dios y para Dios. En consecuencia, ¡basta de diferencias!. ¡Basta de límites!. Basta de sentirnos super heroínas cuando hacemos algo parecido a lo que hace el hombre. Recuperemos nuestra dignidad y nuestro propósito. Y es que ciertamente no vinimos al mundo con un Manual incluído de cómo actuar, con instrucciones tales como: «Sólo sirven para tener hijos, cuidarlos y estar en casa» «Sólo pueden hacer tal oficio», «Nunca se les ocurra ubicarlas en un puesto de poder»., etc. etc. Eso solo ha estado en la mente de los hombres temerosos de la competencia que supone un conglomerado tan inmenso, que es capaz  -como está sucediendo en muchos casos-  de superar su hasta hace poco, inalterable primacía.  Así que está clarísimo: Dios nos creó iguales en derechos y deberes, pero el mundo (hombres y algunas mujeres) nos apartaron y nos limitaron por siglos, algo que aún pasa en culturas del Medio Oriente, donde la mujer no tiene derechos de ningún tipo y lamentablemente en todo el mundo, incluyendo países muy desarrollados, la mujer es víctima de quien reclama ser su dueño: el hombre. Maltratos, menosprecio, abandono, y hasta muerte, aún ocupan las primeras páginas de los periódicos en todo el planeta. Una batalla de años que no ha sido aún ganada. Una batalla de justicia, no para quitarle al hombre nada, sino para recuperar nuestros derechos y  nuestra dignidad.  Una batalla que no incluye armas, ni procura despojos, ni la obtención de tesoros, sino más bien la posibilidad de derribar la puerta que nos tenía encerradas, los grilletes que nos ataban a la ignorancia y a la escasez, para en consecuencia, poder exhibir los talentos y dones que Dios nos dio, no para tenerlos escondidos en nuestro interior, ni en el limitado espacio de nuestro hogar, sino para ponerlos a la disposición de los demás, de nuestra colectividad, y que de esta forma, nos sirvieran para nuestro crecimiento intelectual y espiritual. Muchas lo han logrado. Han podido recuperar su libertad y han podido volar sobre sus sueños haciéndolos realidad. Para ello han necesitado coraje para derribar las dificultades y quererse a sí mismas, porque han entendido que sólo de esta forma podrán amar a los demás. Y no es una estrategia mercadológica. Es un mandato bíblico, que nos dejó Jesús como parte de sus enseñanzas de vida: «Ama a tu prójimo como a ti mismo». Y la mujer ha podido con todos sus retos. No se ha amilanado, no se ha limitado y ha probado al hombre que es posible ser madre, esposa, empresaria, y mujer. Ha probado que es capaz de orquestar armoniosamente sus múltiples obligaciones, sin descuidar ninguna, en especial el sagrado privilegio de ser portadora de la vida. Pero también ha entendido, que sólo dándole sentido a la suya, sintiéndose útil y productiva, podrá ser guía y educadora de sus hijos, preparándolos para trazar sus rutas individuales con un ejemplo auténtico y constante que los soporte en tiempos de tempestades.

En esta edición especial dedicada tradicionalmente a destacar la labor de la mujer en la sociedad, nos complacemos en presentar ejemplos de vida sin desperdicios. Mujeres que han logrado ese equilibrio necesario, para jamás confundir la justicia con la igualdad. Mujeres que juegan hoy importantes roles públicos, y destacadas actuaciones privadas, en el espacio íntimo de sus  hogares, como madres y esposas ejemplares. Sus «reglas de oro» son todo un manual de sabias decisiones. Decisiones que han cambiado su vida y la perspectiva del mundo. Porque como dice Benedetti: «Obedecer a ciegas deja ciego. Crecemos solamente en la osadía».  Y ellas han abierto sus ojos, y han convertido la osadía en su rutina.

En nuestra portada y entrevista central, compartimos con ustedes una entrevista a Darys Estrella, una triunfadora dulcemente audaz, quien ha descubierto la cima del éxito a través de su corta vida y el reconocimiento internacional por sus innegables talentos en el mundo de las finanzas. Todo un modelo a seguir y un estímulo para todas aquellas mujeres que desean triunfar. Pero además, interesantes artículos, tendencias de la moda y las actividades sociales más importantes de la quincena, harán de esta edición, una lectura obligada.

 

Hasta la próxima y que Dios les bendiga,

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