Mensaje de la editora

Mensaje de la editora

“Pasamos nuestras vidas preparándonos para
el futuro en lugar de disfrutar del presente y acabamos
posponiendo la felicidad. Perdemos nuestra capacidad
para apreciar y experimentar alegría, así que cuando
tenemos la oportunidad de pasar momentos de oro, los
perdemos.”
Momentos de Oro, Barbara De Angelis 

A menudo, nos embarcamos en proyectos y retos, metas que queremos alcanzar a toda costa. Esto por supuesto, forma parte del vivir, de trillar el camino de la superación y alcanzar el éxito que todos anhelamos. Pero en esta sana iniciativa, se genera en ocasiones, la malsana creencia de que el futuro es lo más importante. “Lo que vamos a conseguir”, “lo que tendremos mañana”, “los ahorros para tal o cual cosa”, llenan nuestro presente impidiéndonos vivirlo. Y es que todos nuestros espacios se convierten en esfuerzos para el mañana. Descuidamos entonces lo más preciado, lo más auténtico, lo más real: nuestro presente. El sinnúmero de momentos de rutina, de sencillez, de alegrías y de tristezas, que conforman la vida, nos pasan desapercibidos porque sencillamente “no tenemos tiempo”. Y llegamos a postergar los momentos de oro que conforman nuestra cotidianidad, porque sencillamente los subestimamos, y hasta los despreciamos. Como no podemos irnos de fin de semana, nos quedamos como entruñados y amargados sin hacer nada que valga la pena para alegrarnos. Pero si por el contrario, nos convirtiéramos en creativos cómplices de la rutina, ella ya no sería jamás la infeliz portadora de las distancias, sino que cada instante de nuestra existencia lo adornaríamos con la sorpresa, con las inusuales maneras de ser que generan esa sensación de plenitud y felicidad que siempre nos produce el sabernos amados. Y es que a pesar de las pasiones que envuelven a las nuevas parejas, son ellas las que con más frecuencia se envuelven en el acelerado estilo de vida de la modernidad, donde entran en la terrible competencia de las posesiones materiales y en la búsqueda afanosa del status social, que los convierten en extraños personajes de una historia sin propósitos ni esencia.  Y es que lo más hermoso para las parejas que inician una vida en común es precisamente no perderse de los detalles que conforman la construcción de un hogar. Desde las cosas materiales que van adquiriendo para embellecerlo, como las emociones que conllevan el más sencillo logro en común.  No se dejen pues, tentar de la codicia; ella no los va a hacer más felices. No se dejen tentar de las prisas; ella no los va acercar más. Concéntrense más bien en la siembra de sus sueños juntos y abonen cada día con el esfuerzo en conjunto, la maravilla de estar juntos, de soñar juntos y alegrarse juntos, con cualquier cosa. No esperen ser felices cuando tengan ese apartamento que tanto sueñan. Sean felices ahora, con lo que tienen, sin dejar de soñar con algo mejor, convencidos de que “la felicidad es una bendición, pero generalmente es una conquista”, como bien expresa Paulo Coelho.  Pero por sobre todas las cosas, las parejas que deciden casarse e iniciar una vida en común, deben tener un tesoro invaluable, que les permitirá crecer en amor y prosperar en abundancia, y es tener a Jesús en el centro de sus vidas. De esta manera los afanes se convertirán en gozosas experiencias y los sueños en realidades palpables. Así lo ha prometido en Proverbios 8,21: “A los que me aman les doy su parte: lleno sus casas de tesoros” . Y Dios nunca falla. Y a los que le aman  y cumplen sus mandamientos, los llena de dicha como todo Padre bueno.

En esta Edición Especial de Novias 2006, hemos querido regalarles toda una gama de informaciones y sugerencias para esta celebración tan importante en la vida de las parejas. Ideas y testimonios, servicios variados que harán más fácil la organización de esta ceremonia, pero sobre todo, opciones para todos los gustos y todos los presupuestos.  Esperamos que la disfruten tanto como nosotros lo hicimos en la selección de nuestros reportajes y que nuestro humilde aporte les sirva de gratificante estímulo en la trascendental decisión de la celebración de la boda de sus sueños.

Hasta la próxima y que Dios les bendiga,

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